México, principal socio comercial de Estados Unidos en 2023, enfrenta un panorama incierto tras las declaraciones del presidente electo Donald Trump sobre la posible imposición de aranceles de hasta el 25% a las importaciones provenientes de México. Esta medida, que también afectaría a Canadá y China, podría desestabilizar la economía norteamericana y perjudicar sectores clave de la economía mexicana, cuya dependencia del mercado estadounidense es significativa.
Según datos de la Secretaría de Economía (SE), el comercio entre ambos países alcanzó cifras récord en 2023, consolidando a México como el principal exportador hacia Estados Unidos. Cerca del 80% de las exportaciones mexicanas, valoradas en 200,000 millones de dólares, tienen como destino a su vecino del norte. Entre los productos más relevantes están automóviles, componentes electrónicos, frutas y bebidas alcohólicas, sectores que podrían sufrir un impacto directo de implementarse los aranceles.
El sector automotriz, líder en exportaciones, sería uno de los más afectados. México abastece a Estados Unidos con vehículos terminados y autopartes esenciales, como motores y transmisiones. Empresas como Ford, General Motors y Stellantis dependen de las plantas mexicanas para mantener costos competitivos. Según la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz (AMIA), los aranceles encarecerían significativamente los vehículos, afectando tanto a los fabricantes como a los consumidores.
En el ámbito agrícola, productos como aguacates, tomates y berries, valorados en 12,000 millones de dólares, son fundamentales para el mercado estadounidense. Si se imponen los aranceles, los costos podrían aumentar, reduciendo la competitividad de los productores mexicanos y afectando a los consumidores en Estados Unidos.
El sector de bebidas alcohólicas, encabezado por la exportación de tequila y cerveza, también podría experimentar pérdidas. Este rubro generó ingresos por 3,500 millones de dólares en 2023, destacándose como uno de los preferidos por los consumidores estadounidenses.
El secretario de Economía, Marcelo Ebrard, advirtió que los aranceles impactarían directamente a las empresas estadounidenses con operaciones en México, subrayando la interdependencia de ambas economías. “Gravar estas importaciones es gravar a las propias compañías norteamericanas”, declaró. Por su parte, la presidenta Claudia Sheinbaum ha enfatizado la disposición de México para entablar un diálogo que evite una guerra comercial y garantice la estabilidad del T-MEC.
Sheinbaum, en una reciente llamada con Trump, destacó los esfuerzos de México en temas como la migración irregular y el combate al tráfico de fentanilo, buscando vincular estos esfuerzos con una solución negociada que evite medidas proteccionistas.
La imposición de aranceles no solo afectaría a México, sino también a las cadenas de suministro estadounidenses que dependen de la integración de ambos mercados. Ante este panorama, expertos señalan la necesidad de fortalecer las relaciones bilaterales y buscar soluciones conjuntas para preservar la estabilidad económica de América del Norte.
La amenaza de aranceles plantea un desafío para México, cuya economía está estrechamente vinculada al comercio con Estados Unidos. En un entorno globalizado, la colaboración y el diálogo serán fundamentales para sortear las tensiones comerciales y garantizar el desarrollo de ambos países.