Todd Robinson, embajador de Estados Unidos en Guatemala
Guatemala y Honduras comparten coyunturas similares de indignación y movilización de ciudadanos contra la corrupción. Con la diferencia de que en Guatemala opera desde el 2007 la Comisión Internacional Contra la Impunidad (CICI) apoyada por las Naciones Unidas para combatir la corrupción gubernamental.
Los casos de corrupción y sospechas de enriquecimiento ilícito de funcionarios del gobierno, fueron denunciados por la prensa guatemalteca en el momento en que el gobierno norteamericano nombraba a su nuevo embajador Todd Robinson. Narcotraficantes guatemaltecos apresados también involucraron a distintos funcionarios del país en sus declaraciones de juicio, y los capos apresados por el gobierno obtenían libertades dentro de sus celdas facilitadas por el ministerio de seguridad del país.
Cuando el embajador norteamericano llegó a Guatemala a recibir sus credenciales, en el país se nombraba de manera arbitraria los magistrados de la Corte Suprema de Justicia y la Corte de Apelaciones. La Oficina en Washington para Asuntos Latinoamericanos (por sus siglas en inglés WOLA) emitió un comunicado sobre ese proceso y lo calificó de irrespetuoso a los estándares internacionales ya que no garantizaba imparcialidad del poder judicial.
La coyuntura en la que Robinson arriba a Guatemala también arrastraba la crisis de la oleada de niños migrantes a causa de la pobreza y violencia en los países centroamericanos. Se estima que hasta agosto del año 2014 un total de 50,303 niños fueron detenidos en la frontera de EEUU, y esto fue el detonante para la creación de la Alianza para la Prosperidad del Triángulo Norte que incluye a Guatemala, Honduras y El Salvador; una propuesta para brindar recursos a estos tres países centroamericanos con el fin de detener la emigración. Recursos que el gobierno guatemalteco, al igual que el hondureño necesitan, pero que el gobierno norteamericano ha condicionado con el combate a la corrupción y transparencia en la gestión.
En Guatemala, el embajador Todd Robinson, tras su arribo, declaró que su objetivo sería la lucha contra la corrupción. Ocho meses después se destapa la mafia de las aduanas donde se implicó a dos ex jefes de la Superintendencia de Administración Tributaria (SAT), la captura de 16 implicados en contratos anómalos en el Instituto Guatemalteco de Seguridad Social, el caso de la vicepresidenta Baldetti que dimitió de su cargo tras fuertes denuncias de corrupción y la remoción de ministros de confianza del mandatario de ese país.
Estas acciones emprendidas por la CICIG motivaron las declaraciones del vicepresidente de Estados Unidos Joe Biden en las que manifiestó que el gobierno de Guatemala debe prorrogar la gestión de la CICIG (que vence el 15 de septiembre de este año) para que los miles de millones de dólares que ofrece la Alianza para la Prosperidad del Triángulo Norte sean aprobadas por el Congreso. Poniendo de esta manera condiciones para la ayuda económica.
Otto Pérez, presidente de Guatemala reaccionó expresando que su gobierno y ningún otro país acepta imposiciones de esa naturaleza. El mandatario recibió, al igual que el presidente de Honduras, la exigencia de su renuncia por miles de manifestantes que quieren la CICI.
Sin embargo, la relación entre el presidente guatemalteco y el embajador norteamericano Todd Robinson, no parece verse afectada. El embajador se expresa ampliamente sobre los temas de corrupción y da innumerables entrevistas a periodistas locales sobre lo que acontece en Guatemala. Razón por la cual, en las redes sociales han hecho escarnio de la debilidad de Otto Pérez, resaltando que en ese país quien gobierna es Todd Robinson.
Pero Robinson según una revista guatemalteca le resta importancia a esas acusaciones. La revista ContraPoder de Guatemala califica al embajador como promotor del proceso de depuración por el que transita Guatemala, aunque Robinson asegura que el proceso es el pueblo guatemalteco el que lo está impulsando.
Foto de la cual se mofaron en redes sociales de que quien gobierna es Robinson por la mirada de Otto Pérez
Ante el rechazo de Otto Pérez a la prórroga de la CICIG, el gobierno norteamericano, a través de su embajador, ofreció que su Gobierno se comprometía a financiar esa prolongación del mandato, pero el gobierno mantuvo su determinación de no hacerlo.
En Honduras no está instalada la CICIH, pero los hondureños que se manifiestan indignados la exigen, a pesar de la respuesta del presidente Juan Orlando Hernández al igual que el gobierno guatemalteco, de rechazar la solicitud.
La experiencia de Guatemala es un ejemplo claro de los alcances de esa Comisión, pero en Honduras el gobierno no quiere aceptar las condiciones que exigen el pueblo.
Una de las acciones que emprendió el gobierno norteamericano a través de su embajada, según la revista ContraPoder de Guatemala, para ejercer presión sobre acciones del gobierno, fue el anuncio de una conferencia de prensa para dar a conocer la cancelación de visas, acto que no se llevó a cabo pero que supuestamente provocó la renuncia de la vicepresidenta Baldetti.
"El 16 de abril la comisión reveló cómo y quiénes operaban la red (de corrupción en las Aduanas), entre ellos el secretario privado de Baldetti. El 23 de abril Pérez Molina solicitó la prórroga de la permanencia de CICIG y dos días después ocurrió la primera protesta para pedir la renuncia de la vicepresidenta. El sector privado organizado se unió a esa demanda y la Corte Suprema de Justicia accedió a tramitar un antejuicio
Pero no fueron esos factores ni las movilizaciones, las que empujaron a Baldetti a dejar el cargo, sino otra movida de Robinson: su embajada convocó a una conferencia de prensa para hablar de “cancelación de visas”, un asunto raramente tratado.
La rueda con los periodistas fue suspendida y al día siguiente, el viernes 8 de mayo, dimitió la vicepresidenta y se emprendió una serie de cambios en el gabinete que respondieron a las demandas de Estados Unidos”
Estados Unidos apretó la tuerca y ahora en Guatemala se extendió la presencia de la CICI y las acciones de investigación continúan aunque el embajador norteamericano asegura que el mandatario va a continuar en su cargo hasta enero, dijo que la movilización de la gente es el poder superior que logra los cambios.
“No hay un poder más superior que el de la movilización de la gente", responde ante los cuestionamientos de que su gobierno llevó al guatemalteco a su autodepuración y también detuvo la faja cuando creyó que era suficiente. La sociedad, replica el embajador, es el factor más importante. Es esta la que pide las reformas y sería un error no atender sus demandas. La sociedad sabe lo que quiere. “Nosotros vamos a apoyarlos en su esfuerzo de cambiar la manera de ser gobernados”, añadió”
Guatemala es el modelo de ejemplo de las acciones de la CICI, experiencia que debe analizarse detalladamente para que sepan los hondureños lo que piden. La CICIG es una instancia que primero fue solicitada por los organismos de Derechos Humanos y en su gestión por fortalecer las instancias del Estado, descubrió la corrupción que se ha dedicado a combatir en los últimos meses.
Es evidente, en ese sentido, la participación del gobierno norteamericano en el proceso de depuración guatemalteco. En Honduras apenas es un secreto a voces, de que las recientes acciones del gobierno de Juan Orlando responden a exigencias del gobierno norteamericano para poder aplicar a la ayuda económica ofrecida al triángulo norte.
No se desatina al pensar que en Honduras, el primer mandatario inmediatamente después de su regreso de una gira por Washington, donde sostuvo reunión con el vicepresidente de Estados Unidos Joe Biden, entregó la primera carnada, los Gutiérrez, familia relacionada con una de las empresas supuestamente vinculadas al desfalco del IHSS (Astropharma) donde figura la vicepresidenta del Congreso Nacional, Lena Gutierrez, como una acción para sellar el paso libre a los fondos condicionados del gobierno norteamericano.
En esa gestión y con el ánimo de demostrar que están emprendiendo acciones para combatir la corrupción, el gobierno anuncia el supuesto diálogo con la intención de proyectar una imagen de voluntad política que los hondureños califican de falsa porque evita, a toda costa, la investigación internacional a través de las Naciones Unidas con la Comisión Internacional Contra la Impunidad (CICI).
El rechazo del gobierno a la investigación promovida por los indignados, por los partidos de oposición y sectores sociales del país, no es posible sostenerlo si el gobierno norteamericano aprieta la tuerca como lo hizo en Guatemala, donde el primer mandatario, Otto Pérez, tuvo que ceder a las presiones de los manifestantes y del gobierno norteamericano.
La mano de Washington, aunque a algunos sectores les erice los pelos, puede hacer realidad la CICI, lo hizo en Guatemala y tiene intención de instalarlo en Honduras. No está de más decir que al momento que se escribe esta nota, el Consejero del Departamento de Estado, Thomas Shannon, en su gira por los países centroamericanos, dio un aliento a la instalación de la CICI en Honduras y respaldó las movilizaciones de los indignados.
"Esas manifestaciones (de las antorchas), son pacíficas y democráticas de una sociedad que busca recuperar su voz (...) yo no las veo como crisis, son una gran oportunidad para el gobierno de responderle a su pueblo" expresó Shannon.
Thomas Shannon junto a Juan Orlando Hernández
Las protestas en Honduras se mantienen con una huelga de hambre instalada frente a casa presidencial y con las convocatorias de la marcha de las antorchas que continúan este viernes 10 de julio. Los hondureños indignados exigen la CICI y la renuncia del presidente Juan Orlando Hernández por su vínculo en el desfalco del Instituto Hondureño de Seguridad Social (IHSS), exigencias que parecen más cerca de hacerse realidad, en la medida en que los hondureños continúen manifestándose y mientras el gobierno norteamericano continúe dándole con el martillo al clavo.
Portada de la revista guatemalteca ContraPoder