Los criadores de perros y propietarios de restaurantes que ofrecen carne de este animal salieron a las calles en Corea del Sur esta semana para oponerse a la propuesta del Gobierno de prohibir su consumo, como informó Reuters el viernes.
Los manifestantes defienden la legalidad de las granjas de perros y otros negocios relacionados, argumentando que su prohibición disminuiría sus ingresos y privaría a parte de la población de un plato tradicional.
Lee Kyeong-sig, dueño de una granja en las afueras de Seúl con alrededor de 1,100 perros, expresó su preocupación sobre el impacto financiero que enfrentaría si se viera obligado a cerrar su negocio después de 12 años en la industria. Estas protestas siguen a intentos previos fallidos de prohibir la venta de carne de perro en el país, pero esta vez el Gobierno planea otorgar un periodo de gracia de tres años y apoyo financiero a los afectados.
El objetivo principal del proyecto de ley es eliminar cualquier actividad relacionada con la matanza, despiece, distribución o venta de carne de perro, con medidas de represión que comenzarían en 2027 según la iniciativa.