El gobierno de Alemania busca hacerle frente a la migración ilegal endureciendo los controles en sus fronteras a pesar de la negativa de los países vecinos.
A partir de este lunes, agentes migratorios tomaron el control de todas las vías terrestres para evitar el ingreso de extranjeros al país, algo que ha sido cuestionado por las naciones del acuerdo europeo Schengen.
Expertos han señalado que la decisión de Alemania de luchar por la migración ilegal es un duro golpe para la libre circulación.
De acuerdo con la prensa local, desde horas de la madrugada las fronteras con Francia, Holanda, Bélgica, Luxemburgo y Dinamarca estaban bajo el control fronterizo de elementos de seguridad que verificaban que las personas que intentaban llegar a Alemania lo hacían de forma legal.
No es la primera vez que el país realiza este tipo de operaciones, el gobierno mantiene controles fronterizos con república Checa, Polonia, Austria y Suiza.
Al respecto, se indicó que con los controles se pone aprueba una de las libertades de los europeos, a pesar de que la intención del gobierno ademán es evitar el ingreso de extremistas que han generado algunos problemas en la nación.
El canciller alemán, Olaf Scholz, aseguró que el control de la migración ilegal es el reflejo del clamor del pueblo que no quiere más extranjeros extremistas en el país.
"Desafortunadamente, no podemos confiar completamente en que todos nuestros vecinos hagan las cosas como deberían", destacó el canciller alemán.
El objetivo de la operación es reducir aún más la migración irregular, detener a los contrabandistas, detener a los delincuentes e identificar y detener a los islamistas en una etapa temprana.