Imágenes de archivo, cortesía.
La crisis interna en Rusia protagonizada por el grupo Wagner el fin de semana continúa vigente en la agenda política del gobierno de Vladimir Putin, quien ha calificado el levantamiento como fratricidio.
El gobernante y líder mundial calificó de fratricidio el intento de rebelión del grupo armado privado que exigía una remoción de los altos mandos militares.
De acuerdo con el gobernante, el grupo Wagner estaba dispuesto a dar muerte deliberadamente a sus hermanos rusos, cayendo no solo en fratricidio sino en traición.
Putin, una vez que se logró la negociación con Yevgeny Prigozhin, se dirigió al pueblo rudo en un corto discurso.
Durante su intervención, el gobernante enfatizó en que Prigozhin tomó la decisión correcta al aceptar los términos de la negociación.
Agregó que la rebelión, calificada por el grupo Wagner como una protesta, ya había sido reprimida.
Putin anunció que algunos de los aliados de Prigozhin tendrán la oportunidad de firmar un contrato con el Ministerio de Defensa de Rusia o de regresar con sus familias tras haber luchado contra Ucrania.
“Les mintieron, los empujaron a la muerte, bajo fuego, para disparar contra los suyos. Era precisamente este resultado, el fratricidio, lo que querían los enemigos de Rusia”, resaltó Putin.
Por su parte, el líder del grupo Wagner enfatizó que su objetivo era llevar ante la justicia a quienes, “a través de sus acciones poco profesionales, cometieron una gran cantidad de errores durante la operación militar especial”.
