Científicos modifican genéticamente a perros Beagle para estudiar el autismo

Científicos modifican genéticamente a perros Beagle para estudiar el autismo

La iniciativa tiene como objetivo abrir nuevas vías para el tratamiento y la comprensión del trastorno del espectro autista (TEA).

Foto: Getty images.
  • Kim Ramos | 13-11-2023.3:24 pm.

En un avance científico sin precedentes, un equipo internacional de investigadores chinos y estadounidenses ha utilizado una técnica de modificación genética CRISPR/Cas9 para crear el primer modelo de trastorno del espectro autista (TEA) en perros. 

La iniciativa busca arrojar luz sobre los mecanismos moleculares y neurológicos subyacentes al autismo, con la esperanza de abrir nuevas vías para el tratamiento y la comprensión de este trastorno.

El estudio se enfocó en el gen SHANK3, cuyas alteraciones genéticas han sido vinculadas de manera reiterada con el autismo en seres humanos.

La utilización de la herramienta CRISPR/Cas9 permitió a los científicos modificar este gen en perros de la raza beagle, dando como resultado un linaje que exhibió comportamientos característicos del TEA, incluyendo ansiedad y fobia social. 

Las investigaciones sobre el autismo se habían centrado principalmente en roedores y simios. No obstante, los científicos indicaron que estas especies no resultaban óptimas para una comprensión exhaustiva del trastorno.

Los ratones, con sus cerebros y comportamientos notablemente diferentes a los humanos, y los simios, con sus largos ciclos reproductivos y baja tasa de natalidad, presentaban desafíos significativos en la investigación del autismo.

En contraste, los perros, con su compleja interacción social y un ciclo reproductivo más corto, emergieron como sujetos de estudio más prometedores. 

Zhang Yongqing, profesor del Instituto de Genética y Biología del Desarrollo de Pekín, destacó la similitud excepcional de la interacción de los perros con las personas, que se asemeja estrechamente a las interacciones interpersonales humanas.

De esta manera, el estudio, publicado recientemente en la revista Nature's Molecular Psychiatry, sugiere que los canes podrían proporcionar un modelo de estudio más adecuado para comprender la complejidad del autismo y sus implicaciones sociales. 

Los investigadores aspiran a utilizar estos modelos caninos para desarrollar nuevos fármacos y terapias de ajuste social que contribuyan al tratamiento del autismo, una condición en la que, a pesar de los avances en la identificación de genes asociados, persiste la necesidad de progresar en su tratamiento.

El grupo realizó evaluaciones conductuales empleando inteligencia artificial para examinar la posición y movimiento de las colas de los perros, un indicador fundamental de su estado emocional. Asimismo, observaron las interacciones entre los perros y con los seres humanos.

Los perros modificados genéticamente exhibieron notables trastornos en su comportamiento social, mostrando retraimiento y una disminución en las interacciones con los humanos, según informa la publicación.

Aunque se han logrado avances alentadores, los científicos reconocen que los esfuerzos para modificar otros genes relacionados con el trastorno autista no han tenido éxito hasta el momento. "No comprendemos por qué obtuvimos resultados positivos con el SHANK3 y no con los demás", señaló el profesor Zhang, subrayando la complejidad y la necesidad de seguir investigando en este campo.

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