El reciente acuerdo comercial entre Trump y Corea del Sur marca un nuevo capítulo en las relaciones económicas internacionales. Firmado en 2025, este pacto ha generado un intenso debate sobre sus beneficios, retos y el impacto que tendrá tanto en las economías de ambos países como en la estabilidad regional.
Este nuevo acuerdo comercial entre Trump y Corea del Sur reemplaza al tratado previo de 2018, con importantes modificaciones en torno a aranceles, exportaciones de automóviles e intercambio de tecnología.
Según analistas, el objetivo principal de la Casa Blanca es fortalecer la balanza comercial estadounidense y garantizar mayores inversiones en el sector manufacturero nacional.
Claves del acuerdo y reacciones internacionales
Entre los puntos destacados del acuerdo sobresalen la reducción de impuestos a la importación de autos coreanos, así como la apertura de mercados agrícolas y electrónicos.
Estas medidas han sido recibidas con optimismo por algunos sectores empresariales, mientras que otros expresan reservas sobre posibles desventajas para productores estadounidenses.
La comunidad internacional observa de cerca las repercusiones de este pacto. Expertos en comercio internacional consideran que el acuerdo podría influir en futuras negociaciones multilaterales y modificar el equilibrio económico de la región Asia-Pacífico.

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