Los astrónomos que operan el telescopio espacial James Webb, han descubierto indicios de vapor de agua en un exoplaneta rocoso a 26 años luz de la Tierra.
El exoplaneta, llamado “GJ 486b”, muestra modelos informáticos que apuntan que la señal podría proceder de una atmósfera rica en agua, pero también de manchas estelares de la estrella roja en torno a la que realiza una órbita cada dos días terrestres.
Los expertos señalaron que aunque se trata de un hallazgo importante, hay ciertas dudas sobre si esto indica que el exoplaneta tiene una atmósfera o proviene de su propia estrella, lo cual necesitará más investigaciones para determinarlo.
“Es casi seguro que el vapor se debe al agua. Pero aún no podemos decir si esa agua es parte de la atmósfera del planeta, lo que significa que tiene una atmósfera, o si solo estamos viendo una firma de agua proveniente de la estrella”, indicó en un comunicado la astrónoma, Sarah Moran, quien encabezó el estudio.
Para establecer cuál de las dos posibilidades es la correcta, se requerirá llevar a cabo más investigaciones utilizando otros dispositivos del telescopio espacial que permitan identificar el origen de la señal de agua.
“Su estrella es lo suficientemente fría como para que pueda haber vapor de agua en su fotosfera, cuya señal imita a la de una atmósfera planetaria, que si existiera realmente, tendría que reponerse constantemente gracias a los volcanes que expulsan vapor del interior del planeta”, añadió Moran.
El GJ 486b es un planeta un 30% más grande que la Tierra y tres veces más masivo, es decir, que posee una gravedad mayor a la de nuestro planeta.
Este planeta rocoso gira alrededor de una estrella enana roja cada dos días terrestres, con un lado de día y el otro de noche permanente.
De acuerdo con el comunicado, en las futuras investigaciones, se utilizará el instrumento de infrarrojo medio (MIRI) del James Webb para observar el lado diurno.
“Si el planeta no tiene atmósfera, la parte más caliente del lado diurno se situará directamente bajo la estrella. Por otro lado, si ese punto más caliente estuviera desplazado, eso indicaría la existencia de una atmósfera capaz de hacer circular el calor”, según la Agencia Espacial Europea (ESA).