En medio de una creciente tensión internacional, el gobierno de Rusia niega incursiones aéreas en el espacio de la OTAN y desmiente las recientes informaciones que han circulado en medios europeos sobre presuntas violaciones de su fuerza aérea a zonas protegidas por la alianza atlántica.
La polémica surge cuando varias naciones europeas informaron sobre la detección de aviones rusos que, supuestamente, habrían ingresado sin autorización en áreas pertenecientes a la OTAN.
Declaraciones rusas y contexto internacional
El Ministerio de Defensa ruso rechazó de manera rotunda estas alegaciones, asegurando que todas sus maniobras aéreas cumplen con las normas internacionales y que no se ha producido ninguna violación del espacio aéreo europeo.
“No existe registro de incursiones no autorizadas por nuestra parte”, afirmaron autoridades rusas, en un contexto donde las relaciones entre Moscú y la OTAN han sido marcadas por desconfianza y acusaciones mutuas, especialmente desde el inicio del conflicto en Ucrania.
Organismos de defensa de la OTAN, sin embargo, insisten en que el monitoreo constante responde a la necesidad de garantizar la seguridad y soberanía de sus miembros, recordando episodios previos donde la presencia de aeronaves rusas generó alarmas en el espacio aéreo del Báltico y Escandinavia.
Algunas fuentes externas, aportan detalles sobre los intercambios de declaraciones y los ejercicios militares que habían incrementado la preocupación en la región.
Este cruce de versiones ocurre meses después de incidentes similares y evidencia cómo el tema del espacio aéreo se ha convertido en una línea roja en la diplomacia militar del continente europeo.