Un extraordinario tesoro histórico ha salido a la luz en la catedral de Vilna, Lituania. Se trata de las insignias reales de los gobernantes medievales lituanos y polacos, ocultas desde el inicio de la Segunda Guerra Mundial en un nicho secreto de la cripta de la catedral. Entre los objetos recuperados se encuentran coronas, cetros, anillos, medallones y otras piezas de orfebrería de incalculable valor histórico y cultural.
Los hallazgos incluyen la corona del Gran Duque de Lituania y Rey de Polonia Alejandro, junto con las coronas de Isabel de Habsburgo y Barbora Radziwill, esposas de Segismundo Augusto. También destacan un orbe de poder, varias cadenas, placas funerarias y exvotos como cruces, pendientes y anillos, entre otros. En total, seis placas de plata que adornaban la capilla de San Casimiro y objetos vinculados al obispo Benedictas Vaina forman parte del descubrimiento.
La cripta funeraria que albergaba estos tesoros fue descubierta originalmente en 1931, durante trabajos de restauración tras una inundación. En ella se encontraban los restos de Alejandro, Isabel de Habsburgo y Barbora Radziwill, junto con sus insignias reales de entierro. Con el estallido de la Segunda Guerra Mundial, las autoridades eclesiásticas locales decidieron ocultar estos valiosos artefactos para protegerlos de posibles saqueos. El tesoro fue tapiado en un nicho dentro de una de las escaleras del santuario de la catedral, su ubicación permaneciendo en secreto durante décadas.
El escondite fue redescubierto en diciembre pasado tras una minuciosa investigación basada en antiguos dibujos de las mazmorras de la catedral, relatos históricos y el uso de una cámara endoscópica para explorar grietas y cavidades. Después de varios intentos, el equipo investigador logró localizar el nicho oculto.
Ese mismo día, los objetos fueron retirados, catalogados y trasladados a un lugar seguro. Según informó el arzobispado de Vilna, estos artefactos serán próximamente sometidos a análisis detallados, restaurados y presentados al público.
El hallazgo no solo recupera piezas de gran valor artístico, sino que también arroja luz sobre los rituales funerarios y la riqueza cultural de la época medieval en Lituania y Polonia. Este redescubrimiento subraya la importancia de preservar el patrimonio histórico para futuras generaciones.
El arzobispado de Vilna ha señalado que este tesoro será una pieza clave en la narración histórica del lugar y en el entendimiento de la influencia de estos gobernantes en Europa del Este.