Los agustinos, la orden del nuevo Papa: 800 años de vida mendicante, misión y servicio en el mundo

Con la elección de Robert Francis Prevost como Papa, la Orden de San Agustín llega por primera vez al papado.

agustinos Foto: Shutterstock
  • Karla Alvarez | 08-05-2025.3:08 pm.

Por primera vez en la historia de la Iglesia Católica, un miembro de la Orden de San Agustín ha sido elegido como Sumo Pontífice. Se trata de Robert Francis Prevost, quien ahora asume el papado bajo el nombre de León XIV. Su elección representa un acontecimiento sin precedentes para esta comunidad religiosa de tradición mendicante, fundada oficialmente en 1244 y presente actualmente en más de 40 países.

Prevost, de origen estadounidense y con una destacada trayectoria pastoral en América Latina, rompe con la tradición del Colegio Cardenalicio, que solía inclinarse por clérigos seculares o miembros de órdenes más reconocidas como los jesuitas o los franciscanos. Su perfil está profundamente arraigado en los valores y espiritualidad agustinianos, enfocados en la vida comunitaria, la búsqueda interior de Dios y la caridad fraterna.

La Orden de San Agustín surgió de movimientos eremíticos italianos del siglo XII y fue unificada en 1244 por iniciativa del Papa Inocencio IV. Posteriormente, en 1256, el Papa Alejandro IV consolidó su estructura al incorporar otras comunidades similares bajo el nombre de Hermanos Ermitaños de San Agustín, una de las cuatro órdenes mendicantes reconocidas por la Iglesia.

La vida agustiniana se caracteriza por una combinación de contemplación y acción apostólica, con frailes que viven de la caridad y se dedican a la educación, las misiones y el servicio pastoral. En Estados Unidos, la presencia agustiniana se remonta a 1794, cuando llegaron los primeros frailes desde Irlanda. Desde entonces, la orden ha crecido y se ha diversificado en varias provincias en América del Norte.

León XIV desarrolló su vocación en la Provincia agustiniana estadounidense y fue enviado como misionero a Perú, donde trabajó en Chiclayo como párroco y formador. Su experiencia en América Latina lo conectó estrechamente con los desafíos sociales y pastorales de la región. Posteriormente, fue elegido superior general de su orden y más tarde designado prefecto del Dicasterio para los Obispos en la Curia vaticana.

La elección de Prevost como Papa representa un reconocimiento a la riqueza espiritual y el legado histórico de la familia agustiniana, y marca un nuevo capítulo para esta comunidad religiosa que, durante siglos, ha trabajado por construir comunidad y promover la fe desde una perspectiva de servicio y unidad.

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