La Cámara de Representantes de EEUU dio luz verde a un polémico proyecto de ley propuesto por los republicanos, que plantea renombrar oficialmente el Golfo de México como “Golfo de América. La iniciativa, respaldada por aliados del expresidente Donald Trump, fue aprobada por una ajustada votación de 211 a 206 y ahora pasa al Senado, también controlado por los republicanos.
La propuesta fue presentada por la congresista Marjorie Taylor Greene, una de las figuras más cercanas a Trump dentro del Partido Republicano. De convertirse en ley, obligaría a todas las agencias federales a actualizar mapas y documentos oficiales con el nuevo nombre.
El proyecto ha generado divisiones incluso dentro del bloque republicano. El congresista Don Bacon, de Nebraska, votó en contra y calificó la iniciativa como “infantil” y “una pérdida de tiempo”. Por su parte, los demócratas han expresado duras críticas, acusando a la mayoría republicana de distraerse con temas irrelevantes mientras ignoran asuntos prioritarios para el país.
“No puedo creer que estemos debatiendo esto”, dijo la representante demócrata Mary Gay Scanlon, quien tildó el proyecto como “una de las propuestas más absurdas” que ha visto en su paso por el Congreso.
La medida tiene su origen en una orden ejecutiva firmada por Trump el primer día de su mandato, en la que ordenó a las agencias gubernamentales referirse al Golfo de México como “Golfo de América”. Desde entonces, algunas dependencias como la Guardia Costera han comenzado a utilizar el nuevo término, aunque la comunidad internacional no ha reconocido el cambio.
La administración Trump también ha mostrado interés en modificar el nombre del Golfo Pérsico a “Golfo de Arabia”, una decisión que podría anunciarse durante una próxima gira por Medio Oriente, donde el expresidente planea visitar Arabia Saudita, Qatar y Emiratos Árabes Unidos.
Mientras continúa el debate legislativo, crecen las críticas por parte de expertos y legisladores que cuestionan la prioridad de este tipo de medidas en el Congreso. La propuesta deberá ser discutida en el Senado en las próximas semanas, donde su aprobación aún no está asegurada.