Extraen ADN de mujer prehistórica de un colgante de hace 20.000 años

Extraen ADN de mujer prehistórica de un colgante de hace 20.000 años

A partir de un colgante confeccionado con un diente de ciervo, se ha logrado extraer información genética de restos prehistóricos mediante un nuevo método que no daña la muestra.

Foto: Shutterstock
  • Karla Alvarez | 03-05-2023.6:15 pm.

Se ha desarrollado un método novedoso que permite obtener información genética de restos prehistóricos sin destruir la muestra. En este caso, se logró obtener ADN de un colgante hecho a partir de un diente de ciervo.

La cantidad de objetos cotidianos del Paleolítico que han llegado hasta la actualidad es muy limitada. A pesar de estar elaborados en materiales como piedra, hueso o diente, estos objetos proporcionan información crucial sobre las estrategias de supervivencia, comportamiento y cultura de nuestros antepasados. Sin embargo, la falta de restos materiales dificulta el trabajo de los científicos que investigan la organización social y el estilo de vida de las sociedades prehistóricas. Temas como la especialización laboral o la función social de los individuos que vivieron en este periodo son particularmente difíciles de determinar en ausencia de pruebas.

Hasta el momento, ha sido complicado vincular los objetos encontrados en cuevas o refugios rocosos con individuos específicos. Por lo tanto, resulta fundamental implementar nuevos métodos que permitan extraer la máxima cantidad de información de cada hallazgo. Recientemente, un equipo internacional de investigadores liderado por el Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva de Leipzig ha desarrollado una técnica innovadora que aísla el ADN a partir de huesos y dientes, lo que posibilita la identificación directa de los individuos que utilizaron los objetos y profundizar así en el conocimiento de las sociedades del Paleolítico. Los detalles de este nuevo método, que no daña las muestras, han sido publicados en el último número de la revista Nature.

Los expertos se enfocaron específicamente en los artefactos hechos a partir de huesos, que, aunque menos comunes que las herramientas de piedra, son más porosos y, por lo tanto, es más probable que retengan el ADN de la piel, sudor y otros fluidos corporales. "La estructura superficial de los objetos óseos y dentales ofrece información relevante sobre su producción y uso", explica Marie Soressi, arqueóloga de la Universidad de Leiden (Alemania), quien lideró la investigación junto con Matthias Meyer, genetista del Max Planck. "Es por ello que preservar su integridad, incluyendo las microestructuras de su superficie, es tan esencial".

Antes de poder poner en práctica su técnica de manera efectiva, el equipo se aseguró de que los objetos arqueológicos de gran valor no fueran dañados. Para lograrlo, experimentaron con varias sustancias químicas en la estructura superficial de los artefactos hechos de hueso y diente, y desarrollaron un método no invasivo que involucra el uso de fosfato. Lavando los objetos a temperaturas de hasta 90 °C, pudieron extraer el ADN de las aguas de lavado sin dañarlos. De esta forma, lograron mantener la integridad de los objetos arqueológicos durante el proceso de extracción de ADN.

Después de realizar pruebas, el siguiente paso consistió en encontrar materiales adecuados para aplicar el método. El equipo eligió un conjunto de artefactos de la cueva de Quinçay, ubicada cerca de Poitiers en Francia, que habían sido excavados entre los años setenta y noventa. Aunque en algunos de los objetos se pudo identificar ADN de los animales a partir de los cuales se fabricaron los huesos, la mayoría del ADN detectado provenía de manipulaciones modernas realizadas durante o después de la excavación.

Después de tener éxito en su experimento, los investigadores tienen como objetivo utilizar su método en más objetos del Paleolítico elaborados con huesos y dientes para obtener información sobre la ascendencia genética, el sexo y otros detalles de las personas que los crearon y usaron. Matthias Meyer señala que los forenses no se sorprenden de que sea posible aislar ADN humano de un objeto que ha sido tan manipulado, pero lo sorprendente es que esto sea posible después de más de 20.000 años.

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