Un estudio publicado en Plos One revela que la imagen tradicional de hombres dedicados a la caza y mujeres a la recolección en las sociedades forrajeras no se ajusta a la realidad. Según la investigación liderada por Abigail Anderson de la Universidad Seattle Pacific (EE. UU.), que analizó datos de los últimos cien años sobre 63 sociedades de cazadores-recolectores de diferentes regiones, se encontró que al menos el 79 % de estas sociedades tienen mujeres que también realizan labores de caza, incluso si son madres. Esto contradice la creencia común de que solo los hombres se dedican a la caza y las mujeres exclusivamente a la recolección.
Con el descubrimiento de entierros de mujeres junto a herramientas de caza mayor, se han acumulado pruebas arqueológicas a lo largo del tiempo que cuestionan el paradigma de que los hombres eran cazadores y las mujeres recolectoras.
No obstante, ha habido investigadores que han planteado la idea de que el papel de las mujeres como cazadoras se restringía al pasado, y que en las sociedades de forrajeo más modernas su función se limitaba exclusivamente a la recolección.
Para investigar esta posibilidad, Anderson y su equipo llevaron a cabo un estudio que contradice estas afirmaciones. Según la publicación, no solo las mujeres también se dedican a la caza en la gran mayoría de estas sociedades, sino que además demuestran habilidad al capturar presas de gran tamaño.
El estudio indica que más del 70 % de la caza realizada por las mujeres parece ser planificada, a diferencia de la caza oportunista de animales que encuentran mientras realizan otras actividades.
Además, se observa que la caza planificada por parte de las mujeres está dirigida a animales de todos los tamaños, siendo más frecuente la caza de presas de mayor tamaño.
Estos hallazgos indican que en numerosas sociedades de cazadores-recolectores, las mujeres poseen un amplio conocimiento en la caza y desempeñan un papel esencial en esta activida. Esto refuerza las pruebas que contradicen las percepciones tradicionales sobre los roles de género.
Los autores del estudio señalan que estos estereotipos han influido en investigaciones arqueológicas anteriores, donde algunos investigadores han sido renuentes a interpretar las herramientas de caza encontradas junto a mujeres como tales.
Por lo tanto, hacen un llamado a reevaluar estas pruebas y advierten sobre el peligro de aplicar incorrectamente la idea de que los hombres son cazadores y las mujeres son recolectoras en futuras investigaciones.

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