El reconocido cantante puertorriqueño Bad Bunny ha sido demandado por el dueño original de la emblemática “casita” utilizada en varios de sus conciertos. El caso ha generado opiniones divididas y vuelve a poner sobre la mesa el tema del respeto a la propiedad intelectual y derechos de autor en la industria musical.
El demandante asegura que nunca se le explicó, ni se le solicitó autorización para el uso de la estructura en las presentaciones del artista.
La demanda contra Bad Bunny ha levantado interrogantes sobre las prácticas actuales en la gestión de bienes culturales en espectáculos musicales. Aunque aún no hay una respuesta oficial del equipo del artista, expertos señalan que el caso podría sentar precedente sobre la importancia de conseguir permisos formales, especialmente cuando se trata de elementos identificativos en shows musicales.
La “casita” en cuestión es un símbolo recurrente en la escenografía de Bad Bunny, evocando sus raíces puertorriqueñas y conectando con el público tanto en América Latina como en Estados Unidos. Para algunos, esta polémica pone en entredicho la responsabilidad social de las mega estrellas internacionales al emplear elementos patrimoniales.

Foto: Shuttterstock