El presidente de Irán, Ebrahim Raisi, ha sido enterrado junto al Santuario del Imán Reza en la ciudad nororiental de Mashhad, según imágenes difundidas este jueves por los medios de comunicación estatales.
El féretro de Raisi fue llevado por última vez alrededor del santuario de oro y plata, un lugar considerado el más sagrado dentro de Irán y el lugar de descanso del imán Ali Reza, el octavo imán del islam chií, según informó la agencia estatal IRNA.
La ceremonia fúnebre comenzó en la mañana del jueves en el Santuario del Imán Reza. Funcionarios del gobierno y miembros del gabinete se congregaron en la gran sala del santuario, la cual estaba al límite de su capacidad y fue cerrada, según reportaron medios estatales. Muchos de ellos se golpeaban el pecho en señal de duelo mientras el féretro del presidente Raisi era introducido en la sala.
Según los medios de comunicación estatales, la multitud que asistió a la procesión se contaba por millones, aunque no se pudo verificar el tamaño exacto de la multitud, se pudo observar a los dolientes siendo rociados con agua para refrescarse debido a la gran aglomeración.
Además del féretro de Raisi, otros dos féretros con funcionarios fallecidos en el accidente de helicóptero también llegaron a Mashhad. Las calles de la ciudad estaban llenas de banderas palestinas e imágenes del comandante iraní de la fuerza Quds del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica, Qassem Soleimani, quien murió en un ataque aéreo estadounidense en 2020.
Ebrahim Raisi, nacido en Mashhad en 1960, dirigió la poderosa organización benéfica Astan-e Quds-e Razavi, encargada de gestionar el Santuario del Imán Reza. También fue representante del líder supremo en la provincia.
En Teherán, grandes multitudes de dolientes asistieron a la ceremonia fúnebre del ministro de Asuntos Exteriores, Hossein Amir-Abdollahian, cuyo féretro fue transportado por las calles hasta su lugar de sepultura en el Santuario Shah Abdol-Azim en la ciudad de Rey.
El portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores, Nasser Kanaani, informó a la prensa que, aunque "la muerte de Amir-Abdollahian representa una pérdida para el cuerpo diplomático iraní, no se producirán modificaciones en la política exterior de la República Islámica de Irán".