Durante meses, el presidente Donald Trump expresó públicamente su deseo de recibir el Premio Nobel de la Paz, convencido de que lo merecía por sus gestiones internacionales. Sin embargo, el galardón de este año tomó otro rumbo: fue otorgado a la opositora venezolana María Corina Machado, reconocida por su defensa de la democracia frente al gobierno de Nicolás Maduro.
Machado, quien lideró la oposición en las elecciones venezolanas de 2014, arriesgó su vida al desafiar al gobierno de Maduro. Tras su derrota, fue exiliada y actualmente vive en la clandestinidad.
Al conocer la noticia, la activista expresó humildad: “Solo soy una persona, no merezco esto”, dijo durante la llamada en la que se le notificó el premio. El Comité Noruego del Nobel destacó su valentía por mantener “la llama de la democracia encendida en medio de una creciente oscuridad” en Venezuela.
Paradójicamente, Trump había manifestado su apoyo a Machado durante su mandato, considerándola la líder legítima de Venezuela. Aun así, el reconocimiento internacional terminó en manos de la mujer latina que él respaldó, no en las suyas.
Con este premio, María Corina Machado se convierte en un símbolo global de resistencia y esperanza, y en la primera venezolana en recibir el Premio Nobel de la Paz.
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