Un tribunal en la región rusa de Krasnoyarsk condenó este lunes a 12 años de prisión a Sergei Torop, conocido como Vissarion, un exoficial de tránsito que se autoproclamó como la reencarnación de Jesucristo y fundó un culto con miles de seguidores.
Torop, de 64 años, lideró durante más de tres décadas la Iglesia del Último Testamento, una comunidad espiritual establecida en Siberia. Allí promovía un estilo de vida estricto que prohibía el consumo de carne, alcohol, dinero y medicina tradicional, reemplazando incluso fechas religiosas por celebraciones ligadas a su propia vida.
El juicio determinó que Torop ejerció control psicológico sobre sus seguidores, generando daños físicos y emocionales. Según la fiscalía, al menos 16 personas sufrieron perjuicios morales, y seis reportaron graves consecuencias para su salud, producto de restricciones sanitarias impuestas por el grupo.
La comunidad siberiana del “Jesús de Siberia”, conocida como la Ciudad del Sol, atrajo a miles de personas de Rusia y del extranjero. No obstante, en 2020, las autoridades rusas intervinieron con un operativo para arrestar a Torop y a otros dos líderes del movimiento, tras diversas denuncias de abusos.
Durante el proceso judicial, varios exmiembros testificaron en su contra. “Se perdieron vidas porque no se permitió la atención médica”, denunció una exseguidora. La sentencia pone fin a un largo capítulo de influencia espiritual ejercida bajo métodos coercitivos y peligrosos para la salud y la integridad de sus seguidores.