En la próxima década en 2033, la NASA y China tienen la intención de enviar astronautas a Marte por primera vez en la historia. Esto presenta numerosos desafíos, que van desde problemas logísticos y técnicos hasta garantizar que los astronautas puedan lidiar con los desechos y tener suficiente comida y agua para el tránsito de meses hacia y desde Marte.
Pero, por supuesto, también está la salud y la seguridad de los astronautas, que pasarán meses viajando por el espacio donde estarán expuestos a la radiación cósmica y la microgravedad.
Incluso existe la preocupación de que después de meses de exposición a la microgravedad, los astronautas tendrán problemas para adaptarse a la gravedad marciana.
Para determinar si estos temores tienen mérito, un equipo de expertos en medicina espacial de la Universidad Nacional de Australia (ANU) desarrolló un modelo matemático para predecir si los astronautas pueden viajar de manera segura a Marte y cumplir con sus funciones una vez que lleguen al Planeta Rojo.
Este modelo podría ser inmensamente valioso junto con todos los demás preparativos que deben realizarse antes de que los astronautas pongan un pie en Marte.
También podría usarse para evaluar el impacto de misiones de corta y larga duración que lleven a los astronautas mucho más allá de la órbita terrestre baja (LEO) y el sistema Tierra-Luna en el futuro.
El equipo de investigación estuvo dirigido por el Dr. Lex van Loon, investigador asociado de la Facultad de Salud y Medicina de la ANU. Él y sus colegas señalan los peligros potenciales para las misiones con destino a Marte son numerosos, pero podría decirse que la mayor amenaza es el tiempo que los astronautas pasarán en microgravedad, combinada con la dañina radiación del sol y fuentes cósmicas, la experiencia provocará cambios fundamentales en sus cuerpos.
Según una extensa investigación realizada a bordo de la Estación Espacial Internacional, se sabe que la microgravedad causa pérdida de densidad muscular y ósea y afecta la función de los órganos, la vista y el sistema cardiopulmonar , afecta el corazón y su capacidad para bombear sangre a través del sistema de arterias del cuerpo.
Su modelo se basa en un algoritmo de aprendizaje automático basado en datos de astronautas recopilados de expediciones anteriores a bordo de la ISS y las misiones Apolo para simular los riesgos asociados con viajar a Marte.
Científicos prevén que el cuerpo de los astronautas sufra cambios cuando lleguen a Marte
Las pruebas mostraron que podía simular cambios hemodinámicos cardiovasculares clave después de un vuelo espacial prolongado y bajo diferentes condiciones de carga de fluidos y gravitacionales. Y los resultados son alentadores, ya que indican que los astronautas pueden funcionar después de meses en microgravedad.
En última instancia, su objetivo es crear un modelo que pueda simular el impacto de un viaje espacial prolongado en personas o civiles no capacitados. Esperan que este modelo brinde una imagen más holística de lo que sucedería si una persona "común" viajara al espacio.
Quizás sea posible simular los efectos de la exposición prolongada a la microgravedad en los niños y el desarrollo fetal. Esta investigación es crucial si alguna vez se desea enviar humanos a la Luna, Marte y otros destinos para vivir algún día
Esto presenta numerosos desafíos, que van desde problemas logísticos y técnicos hasta garantizar que los astronautas puedan lidiar con los desechos y tener suficiente comida y agua para el tránsito de meses hacia y desde Marte.
Pero, por supuesto, también está la salud y la seguridad de los astronautas, que pasarán meses viajando por el espacio donde estarán expuestos a la radiación cósmica y la microgravedad.
Incluso existe la preocupación de que después de meses de exposición a la microgravedad, los astronautas tendrán problemas para adaptarse a la gravedad marciana.
Para determinar si estos temores tienen mérito, un equipo de expertos en medicina espacial de la Universidad Nacional de Australia (ANU) desarrolló un modelo matemático para predecir si los astronautas pueden viajar de manera segura a Marte y cumplir con sus funciones una vez que lleguen al Planeta Rojo.
Este modelo podría ser inmensamente valioso junto con todos los demás preparativos que deben realizarse antes de que los astronautas pongan un pie en Marte.
También podría usarse para evaluar el impacto de misiones de corta y larga duración que lleven a los astronautas mucho más allá de la órbita terrestre baja (LEO) y el sistema Tierra-Luna en el futuro.
El equipo de investigación estuvo dirigido por el Dr. Lex van Loon, investigador asociado de la Facultad de Salud y Medicina de la ANU. Él y sus colegas señalan los peligros potenciales para las misiones con destino a Marte son numerosos, pero podría decirse que la mayor amenaza es el tiempo que los astronautas pasarán en microgravedad, combinada con la dañina radiación del sol y fuentes cósmicas, la experiencia provocará cambios fundamentales en sus cuerpos.
Según una extensa investigación realizada a bordo de la Estación Espacial Internacional, se sabe que la microgravedad causa pérdida de densidad muscular y ósea y afecta la función de los órganos, la vista y el sistema cardiopulmonar , afecta el corazón y su capacidad para bombear sangre a través del sistema de arterias del cuerpo.
Su modelo se basa en un algoritmo de aprendizaje automático basado en datos de astronautas recopilados de expediciones anteriores a bordo de la ISS y las misiones Apolo para simular los riesgos asociados con viajar a Marte.
Las pruebas mostraron que podía simular cambios hemodinámicos cardiovasculares clave después de un vuelo espacial prolongado y bajo diferentes condiciones de carga de fluidos y gravitacionales. Y los resultados son alentadores, ya que indican que los astronautas pueden funcionar después de meses en microgravedad.
En última instancia, su objetivo es crear un modelo que pueda simular el impacto de un viaje espacial prolongado en personas o civiles no capacitados. Esperan que este modelo brinde una imagen más holística de lo que sucedería si una persona "común" viajara al espacio.
Quizás sea posible simular los efectos de la exposición prolongada a la microgravedad en los niños y el desarrollo fetal. Esta investigación es crucial si alguna vez se desea enviar humanos a la Luna, Marte y otros destinos para vivir algún día