El aborto es uno de los temas más polarizados en Estados Unidos y figura en el centro de las elecciones presidenciales. Desde que el Tribunal Supremo anuló el fallo de Roe vs. Wade en 2022, permitiendo a los estados regular el aborto, este tema se ha vuelto crucial para los votantes, junto con la economía, la inmigración y la sanidad.
Tras la decisión del Tribunal, algunos estados con gobiernos republicanos, como Kentucky y Luisiana, han prohibido completamente el aborto, incluso en casos de violación, mientras que en otros estados solo se permite en las primeras semanas de gestación, cuando muchas mujeres aún no saben que están embarazadas.
El expresidente Donald Trump, quien designó a tres jueces conservadores que votaron por la anulación de Roe vs. Wade, considera este resultado uno de los logros más significativos de su mandato, llamándolo un acto de gran coraje. En cambio, la actual vicepresidenta y candidata demócrata, Kamala Harris, ha prometido restaurar el derecho al aborto a nivel nacional, independientemente del estado de residencia, señalando que buscará revertir lo que Trump y los jueces designados por él han arrebatado a las mujeres estadounidenses.
El aborto es un tema decisivo para muchos votantes. De acuerdo con una encuesta reciente del Centro de Investigación Pew, el aborto es la tercera prioridad para los demócratas, solo superado por la sanidad y las vacantes en el Tribunal Supremo, directamente relacionado con el tema. El desenlace de estas elecciones podría cambiar drásticamente el acceso al aborto en Estados Unidos, afectando profundamente la vida de millones de mujeres.