En el Museo Nacional de la Segunda Guerra Mundial de Nueva Orleans, los visitantes tendrán la oportunidad de interactuar con sobrevivientes de uno de los conflictos más significativos de la historia gracias a la inteligencia artificial (IA) y la tecnología de reconocimiento de voz.
Margaret Kerry-Boeke, de 94 años, se encontró frente a una pantalla, mirando una versión virtual de sí misma contando sus experiencias como bailarina de la USO durante la guerra.
La iniciativa forma parte de la exposición "Voces del frente", que busca preservar los recuerdos de aquellos que vivieron la Segunda Guerra Mundial antes de que sea demasiado tarde.
Con el paso del tiempo, la generación que vivió la guerra está desapareciendo rápidamente. Cada día, aproximadamente 131 veteranos estadounidenses de la Segunda Guerra Mundial fallecen, según datos del Departamento de Asuntos de Veteranos de Estados Unidos. Es por eso que el museo se ha embarcado en una carrera contrarreloj para capturar sus historias mientras aún pueden ser contadas.
La exposición "Voces del frente" presenta las experiencias de 18 personas, pero lamentablemente tres de ellas fallecieron antes de que pudieran ver sus testimonios en la pantalla.
Entre ellos se encontraba Hershel Woodrow "Woody" Williams, el último sobreviviente de la Segunda Guerra Mundial que recibió la Medalla de Honor en la batalla de Iwo Jima. Ahora, el museo es el único lugar donde los visitantes pueden conversar con un receptor de la Medalla de Honor de esa época.
La tecnología utilizada para capturar estas historias ayudó a crear los videos volumétricos de los sujetos de la exposición, filmados desde todos los ángulos con 13 cámaras. Este enfoque permite una experiencia inmersiva, donde los visitantes pueden sentir que están hablando directamente con los veteranos.
Para Margaret Kerry-Boeke y otros participantes, la experiencia de ser entrevistados fue intensiva. Durante dos días, se les pidió que respondieran a casi mil preguntas, mientras los cineastas capturaban cada gesto y expresión. Ahora, su versión virtual espera pacientemente en el museo, lista para responder las preguntas de los visitantes.
La tecnología de reconocimiento de voz y la IA permiten que estas interacciones sean fluidas y auténticas. La IA analiza las preguntas de los visitantes y selecciona las respuestas más pertinentes de las entrevistas de los sobrevivientes. Aunque actualmente puede llevar hasta 20 segundos encontrar la respuesta adecuada, se espera que con el tiempo la tecnología mejore y reduzca este tiempo de espera.
Esta experiencia es una oportunidad para compartir sus recuerdos y su legado con las generaciones futuras. A medida que la última generación de la Segunda Guerra Mundial se desvanece, proyectos como "Voces del frente" se vuelven aún más valiosos, asegurando que sus historias nunca sean olvidadas.