Donald Trump, presidente de Estados Unidos, ha vuelto a declarar que enviará a la Guardia Nacional a Chicago si regresa al poder, a pesar de la oposición de las autoridades locales y las críticas nacionales.
El tema de la violencia en Chicago se ha convertido en bandera de campaña y argumento para justificar una posible intervención federal.
Durante un reciente discurso, Trump afirmó que la situación de inseguridad se ha agravado y que la respuesta de los gobiernos locales ha resultado insuficiente.
Según el mandatario, la presencia de la Guardia Nacional sería necesaria para restaurar el orden.
Sin embargo, autoridades de Chicago y organizaciones civiles consideran que esta medida sería contraproducente y podría tensar aún más la relación entre la comunidad y las fuerzas del orden.
Posturas encontradas sobre la intervención federal
La propuesta de Trump ha encontrado fuerte resistencia tanto en el actual alcalde de Chicago como en líderes comunitarios, quienes insisten en que la solución debe ser integral y basada en la cooperación local.
Mientras tanto, partidarios de Trump argumentan que la intervención federal es imprescindible ante el elevado número de delitos recientes en la ciudad.
Este debate se ha replicado en otras ciudades como Baltimore, donde también se ha planteado la participación de fuerzas federales.
Para algunos, la presencia de la Guardia Nacional representa una medida extrema, mientras que otros la ven como necesaria ante el repunte de violencia.
En otras ocasiones, la intervención federal en asuntos de seguridad local ha sido tema de controversia en Estados Unidos.

Imagen cortesía y de archivo.