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El presidente Donald Trump emitió una serie de órdenes ejecutivas con el objetivo de implementar cambios significativos en las fuerzas armadas de Estados Unidos. Las directrices buscan revertir varias políticas adoptadas en los últimos años, afectando temas como la inclusión de personas transgénero, los programas de diversidad y equidad, y el tratamiento de los miembros del servicio despedidos por no vacunarse contra la COVID-19.
Entre las medidas destacadas, Trump ordenó al Pentágono finalizar los programas de diversidad y reincorporar a muchos de los 8,000 soldados dados de baja por negarse a cumplir con el mandato de vacunación, incluyendo el pago de salarios atrasados. Asimismo, las nuevas directrices autorizarían potencialmente la exclusión de personas transgénero del servicio militar, bajo el argumento de que identificarse con un género distinto al asignado al nacer podría representar un obstáculo para mantener el bienestar físico y mental necesario en el entorno militar.
“En consonancia con la misión militar, expresar una identidad de género divergente del sexo asignado al nacer no satisface los rigurosos estándares requeridos para el servicio,” afirmó la orden ejecutiva. Además, se argumentó que dicha expresión podría entrar en conflicto con los principios de disciplina y compromiso exigidos a los soldados.
La implementación de estas directrices no será inmediata, ya que el Pentágono tiene un plazo de 60 días para actualizar sus políticas sobre normas médicas y 30 días para presentar nuevas directrices de aplicación.
Otra orden relevante firmada por Trump establece el desarrollo de un nuevo sistema de defensa antimisiles comparable a la conocida Cúpula de Hierro de Israel, diseñado para interceptar cohetes y misiles en vuelo. La iniciativa, denominada “La Cúpula de Hierro para Estados Unidos”, busca materializar una visión planteada inicialmente por el expresidente Ronald Reagan con su Iniciativa de Defensa Estratégica, también conocida como “Guerra de las Galaxias”, la cual nunca se concretó debido a sus objetivos tecnológicamente ambiciosos.
Pete Hegseth, recientemente confirmado como secretario de Defensa, expresó su compromiso de liderar estos cambios profundos, incluyendo la reorientación del papel del ejército hacia un mayor apoyo a las políticas de inmigración y deportación impulsadas por Trump. “Se proporcionará todo lo necesario en la frontera,” declaró Hegseth a la prensa durante su primer día completo en el cargo.
Estas acciones refuerzan la visión de Trump y Hegseth de un ejército centrado en una cultura tradicional y profesional, despojándose de las prácticas de diversidad que, según ambos, habrían afectado negativamente la capacidad de combate de las fuerzas armadas.
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