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En una conferencia de prensa anual de fin de año, el presidente ruso, Vladímir Putin, dejó claro que Rusia espera que Ucrania acepte los términos propuestos por Moscú para la paz, advirtiendo que, de lo contrario, se verán obligados a abordar la situación por la fuerza.
En este sentido, Putin mencionó que durante las negociaciones en Estambul, se habían acordado ciertos parámetros, pero Ucrania los abandonó posteriormente, lo que llevó a esta escalada de tensiones.
La desmilitarización y la desnazificación de Ucrania fueron nuevamente mencionadas como los objetivos de la llamada "operación militar especial". Putin destacó que la situación actual en Ucrania se asemeja a una "guerra civil" entre dos pueblos que, históricamente, comparten lazos profundos, haciendo hincapié en que los rusos y ucranianos son, esencialmente, "un solo pueblo".
“Los rusos y los ucranianos son esencialmente un solo pueblo, lo que está sucediendo ahora es una tragedia, similar a una guerra civil entre hermanos, cuando se encuentran en bandos opuestos”, señaló Putin.
Además, informó sobre avances significativos en varios frentes de batalla, asegurando que las fuerzas rusas están mejorando constantemente sus posiciones a lo largo de la línea de contacto.
También se refirió al conflicto en Gaza, subrayando que la realidad en Ucrania es menos devastadora para los civiles y reveló estar en contacto con Egipto sobre la situación en Gaza y la posibilidad de abrir un hospital ruso para ayudar a las víctimas, aunque señaló que, por el momento, considera inseguro llevar a cabo tal iniciativa.
Por otro lado, anunció la decisión de Rusia de aumentar el suministro de equipos y medicamentos a Gaza a petición de Israel, mostrando una medida de apoyo humanitario en medio de la compleja situación en la región.
