Las advertencias sobre la escasez de electricidad, previamente planteadas por el científico argentino Juan Carlos Bolcich, ahora son respaldadas por figuras prominentes como Elon Musk, quien ha afirmado recientemente que la falta de electricidad será el próximo gran problema global.
Musk proyecta que el aumento en la demanda de energía eléctrica, impulsada por la creciente adopción de vehículos eléctricos y el desarrollo de tecnologías como la inteligencia artificial, está ejerciendo una presión insostenible sobre las redes eléctricas en todo el mundo.
Países como Noruega están liderando la transición hacia vehículos eléctricos, pero otros, como los Países Bajos, ya están experimentando colapsos en sus redes eléctricas debido a la alta demanda de energía para vehículos enchufables.
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Además, un informe reciente del New York Times resalta cómo esta demanda está poniendo en riesgo los objetivos climáticos globales, ya que la generación de electricidad requiere recursos que podrían socavar los esfuerzos hacia la neutralidad de carbono.
En Estados Unidos, la expansión de centros de datos, la minería de criptomonedas y el desarrollo de inteligencia artificial están contribuyendo significativamente a la carga de la red eléctrica.
Esto ha llevado a un aumento drástico en la demanda de energía en estados como Georgia, donde la demanda es ahora 17 veces mayor que hace una década.
Una de las principales preocupaciones es la capacidad limitada de las infraestructuras de transmisión de energía. A medida que más energía se genera en puntos específicos, debiendo distribuirse por todo el territorio, las líneas de transmisión experimentan sobrecargas, lo que puede resultar en fallos del sistema.
En este contexto, se plantea la necesidad urgente de construir nuevas instalaciones de generación de energía. Sin embargo, la creciente demanda supera la capacidad de producción sostenible, lo que podría conducir a un retorno a fuentes de energía no renovables como el gas, el carbón y la energía nuclear, poniendo en peligro los objetivos ambientales.
Las soluciones propuestas incluyen una mayor diversificación de fuentes de energía, con un enfoque en tecnologías como el hidrógeno. Juan Carlos Bolcich, pionero en el campo del hidrógeno en Argentina, ha abogado por el uso inteligente de recursos naturales, proponiendo el almacenamiento de energía a través de la electrólisis del agua.
En el sector automotriz, se está reconsiderando la estrategia de electrificación. Los vehículos híbridos están siendo nuevamente considerados como una opción viable para reducir las emisiones sin sobrecargar las redes eléctricas. Empresas como Toyota, que han mantenido una visión diversificada de la movilidad, están demostrando ser líderes en este enfoque adaptativo.
La falta de electricidad se perfila como uno de los principales desafíos globales del siglo XXI, lo cual requerirá de una colaboración internacional significativa, así como una inversión en tecnologías innovadoras y sostenibles.