La Agencia Central de Inteligencia (CIA) de Estados Unidos ha estado realizando vuelos encubiertos con drones MQ-9 Reaper sobre territorio mexicano para monitorear a los cárteles de la droga. Esta operación, ordenada por el entonces presidente Donald Trump, forma parte de una estrategia para redirigir los recursos de seguridad nacional hacia la frontera sur.
Estas misiones, que no habían sido reveladas públicamente hasta ahora, se enmarcan en los esfuerzos del gobierno de Trump por considerar a los cárteles transnacionales como organizaciones terroristas, aunque dicha designación aún no se ha concretado de manera oficial.
Los drones MQ-9 Reaper, conocidos por su capacidad de realizar ataques de precisión, no están armados en las operaciones actuales, pero pueden ser equipados para acciones ofensivas. Este tipo de aeronave es utilizada regularmente por el ejército estadounidense en zonas de conflicto como Siria, Irak y Somalia para neutralizar objetivos terroristas.
Esta estrategia refleja un endurecimiento en las políticas de seguridad impulsadas durante la administración Trump, priorizando la lucha contra el crimen organizado transnacional como parte de su agenda para proteger la frontera y combatir el tráfico de drogas.