La historia de Javier Acosta, un colombiano al que se le aplicará la eutanasia tras adquirir una bacteria en una piscina, ha generado conmoción en la opinión pública.
Según el testimonio de este luchador, lo que comenzó con una llaga, se fue apoderando de todo su cuerpo hasta provocarle una osteomielitis que le merma su calidad de vida.
"Hace cinco años hice un viaje a Melgar y me metí a la piscina, debido a eso se me pegó una bacteria", dijo Javier Acosta al recordar cómo su vida cambió drásticamente.
Agregó que una simple úlcera le llegó al hueso del glúteo izquierdo, obligándolo a someterse a una cirugía que desafortunadamente no le evitó que la osteomielitis se le pasara al hueso derecho.
"La bacteria acabó con los tejidos y con los huesos. Una de las opciones era terminar el tratamiento y amputarme la pierna derecha, sin garantizarme que la bacteria no se me iba a extender a la otra pierna", relató Javier Acosta a horas antes de su muerte asistida.
Su situación de salud empeoró hasta el punto que el cáncer de hueso poco a poco avanzaba hasta su cerebro, lo que en unos años haría perder la capacidad del habla.
"Tengo cáncer en la sangre y la infección también ya me llegó a la cabecita. Lo más duro es que me van a practicar la eutanasia. El día viernes, a las 12 del día, tengo programada la eutanasia", dijo el colombiano, que ya se ha despedido de su hija.
Javier Acosta asegura que la decisión de practicarse la eutanasia es para evitar ser una carga para su hija, quien le dijo que prefiere que esté con Dios que verlo sufrir.
El joven padre se someterá mañana viernes al proceso de muerte asistida.