Jan Faber y Els van Leeningen, una pareja holandesa, tomaron la descion de poner fin a sus vidas juntos a través de una doble eutanasia.
Después de compartir una vida llena de aventuras y amor, la pareja se enfrentó a problemas de salud insostenibles que los llevaron a considerar esta difícil opción.
Jan, de 70 años, había sufrido de dolor crónico de espalda durante más de 20 años, mientras que Els, de 71 años, fue diagnosticada con demencia en 2022.
Els se resistió a buscar un diagnóstico para su demencia, probablemente influenciada por la experiencia de su padre con el Alzheimer. Sin embargo, la realidad de su condición finalmente los obligó a considerar seriamente la eutanasia antes de que la demencia de Els empeorara y ella ya no pudiera decidir por sí misma.
“Si tomas muchos medicamentos, vives como un zombi”, explicó Jan en una entrevista con la BBC antes de su muerte. “Con el dolor que tengo y la enfermedad de Els, creo que tenemos que parar esto. He vivido mi vida, ya no quiero sufrir más”. Els agregó: “No hay otra solución”.
La eutanasia en los Países Bajos es un procedimiento rigurosamente regulado. Requiere la evaluación de un médico y un experto independiente, quienes deben confirmar que el paciente sufre de un dolor insoportable y sin esperanza de mejora.
A pesar de las dificultades, la pareja recibió la aprobación del Centro de Expertos en Eutanasia para llevar a cabo el procedimiento, el cual también ofrece servicios móviles para realizar eutanasias a domicilio.
El proceso para llegar a esta decisión fue particularmente duro para su hijo, quien solicitó que su identidad se mantuviera en el anonimato. "No quieres dejar morir a tus padres", recordó. .
Jan trabajaba como operador de barcos de carga y Els era maestra de primaria. Ambos compartían una pasión por el mar, lo que los llevó a comprar un barco de carga y fundar una empresa de transporte marítimo. Sin embargo, las exigencias físicas del trabajo agravaron el dolor de espalda de Jan, obligándolos a mudarse a una caravana en tierra firme.
Aunque Jan y Els estaban dispuestos a seguir viviendo en su autocaravana, el avance de la demencia de Els les hizo darse cuenta de que sus días de plena movilidad y lucidez eran limitados. Vieron en la eutanasia una salida digna a un futuro incierto y doloroso. "Este es el momento adecuado para nosotros", dijo Jan, convencido de que no querían esperar hasta que la situación empeorara.
Antes del procedimiento, la familia pasó un último día juntos, jugando, conversando y caminando por la playa. Por la noche, se reunieron para una última cena. "Fui a dar un paseo por la playa con mi madre", contó su hijo. "Recuerdo que durante la cena se me llenaron los ojos de lágrimas, solo de vernos a todos juntos en esa última comida".
El día de la eutanasia, Jan y Els pasaron sus últimas dos horas con sus seres queridos, compartiendo recuerdos y escuchando música de Travis y The Beatles antes de que los doctores administraran las inyecciones letales. Todo ocurrió de manera rápida y según lo previsto.
"La última media hora fue difícil", relató su hijo a la BBC. "Llegaron los médicos y todo sucedió rápidamente: siguen su rutina y luego es cuestión de minutos".
La decisión de Jan y Els de proceder con la eutanasia refleja una tendencia en aumento en los Países Bajos. Según datos del Daily Mail, en 2023, 9.068 personas optaron por la eutanasia, un incremento en comparación con las 8.720 del año anterior, de las cuales 29 fueron parejas.
Este procedimiento, a pesar de ser controvertido, ha avanzado para tratar casos de sufrimiento extremo sin posibilidad de mejora, implementando rigurosas medidas para asegurar la autonomía y el consentimiento de los pacientes.