En los bosques de Vermont, Molly Parren, una científica especializada en anfibios de la Agencia Estatal de Fauna y Flora Silvestres, rastreaba a una tortuga de bosque cuando una flor peculiar captó su atención.
Parren se encontró con un raro ajo silvestre y decidió tomar una fotografía del hallazgo. Sin embargo,no sabía que en ese momento había descubierto una planta mucho más rara, que no se había visto en el estado desde 1916.
La investigadora envió la foto a su colega, Grace Glynn, una botánica del estado de Vermont. Al revisar la imagen, Glynn notó una pequeña planta en primer plano, de color diferente y peculiar. "Inmediatamente supe que era floerkea, o falsa sirena. Esta planta se creía extinta desde la Primera Guerra Mundial", explicó Glynn.
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Para germinar, la floerkea requiere de un suelo abierto en las llanuras aluviales para crecer, lo que la hace extremadamente vulnerable a las especies invasoras como la mostaza del ajo y el knotweed japonés, que dominan estos hábitats y desplazan a las plantas nativas.
Además, el cambio climático y el aumento de las inundaciones en Nueva Inglaterra representan una amenaza significativa. Estas inundaciones veraniegas interrumpen el ciclo reproductivo de la floerkea, lo que puede ser devastador para su supervivencia.
La floerkea es especialmente rara en Vermont debido a que se encuentra en el límite de su área de distribución. Esto hace que la población de esta planta en el estado sea mucho más pequeña en comparación con otras regiones, aumentando la necesidad de esfuerzos de conservación.
La Agencia Estatal de Fauna y Flora Silvestres de Vermont monitorea cientos de especies de plantas en todo el estado y publica sus hallazgos en su sitio web.