Familiares de la defensora de los Derechos Humanos (DDHH) de origen francés, Marine Pezet, denunciaron que el gobierno de Honduras le negó la entrada al país, argumentando que existía una alerta migratoria en su contra.
Según su esposo, el cantante hondureño Pavel Núñez, después de 5 años de no visitar a la nación centroamericana decidieron regresar para tramitar la nacionalidad hondureña de su hijo.
Cuando bajaron de la aeronave que los transportó a Honduras, Marine Pezet fue retenida un par de horas para confirmar que no podía permanecer en la nación.
Durante el proceso, no se le permitió hablar con su esposo ni con activistas de los derechos humanos; enviándola a Panamá donde permanece a espera de resolver su situación migratoria.
“Prácticamente fue expulsada del país bajo la forma verbal legal que utilizaron de retenida y retornada, la realidad es que no la dejaron entrar al país y la regresaron, sin el derecho de haber hablado con su embajador ni con organizaciones de derechos humanos”, dijo Pavel en una transmisión.
El cantante hondureño aseguró que Marine Pezet será obligada a solicitar un perdón por su trabajo en el 2009, cuando representaba al Programa de Acompañamiento Honduras (PROAH).
La francesa fue una de las primeras representantes de una organización internacional que llegó a dar acompañamiento y observación de Derechos humanos tras el golpe de Estado.
“Mi hijo quedó sin su madre, ella no ha hecho nada. Su único error fue trabajar cuatro años en DDHH en el país, en especial haber trabajado con Berta Cáceres y sus organizaciones”, acotó el artista hondureño.