El gobierno de Estados Unidos, bajo la administración de Donald Trump, tomó una decisión contundente este lunes al calificar al Cartel de los Soles, dirigido supuestamente por Nicolás Maduro en Venezuela, como una “organización terrorista extranjera”.
Este movimiento, anunciado oficialmente por el Departamento de Estado, busca intensificar la presión internacional sobre el gobierno venezolano y sus aliados.
Trump designa a Maduro organización terrorista en un ambiente ya marcado por sanciones y tensiones diplomáticas entre ambos países.
La decisión coloca al gobierno de Maduro junto a otros grupos considerados peligrosos para la seguridad de Estados Unidos, según lo informado por agencias.
Funcionarios estadounidenses argumentan que la inclusión de Venezuela en esta lista responde a presuntos vínculos con narcotráfico y grupos armados, agravando así el aislamiento internacional del país sudamericano.
Reacciones internacionales y posibles consecuencias para América Latina
El anuncio generó reacciones divididas en la región. Gobiernos aliados de Estados Unidos respaldaron la medida, mientras que otros países latinoamericanos expresaron preocupación por un posible aumento de las tensiones.
Expertos señalan que la designación podría complicar aún más los esfuerzos de diálogo con Venezuela y afectar a millones de venezolanos que dependen de ayuda internacional.
Esta acción se suma a otras sanciones internacionales aplicadas previamente contra Caracas, cuya efectividad sigue siendo motivo de debate.
El impacto de estas medidas se sentirá particularmente en Centroamérica y Latinoamérica, donde miles de migrantes venezolanos buscan refugio.
Cartel de los Soles creado por EEUU
Las revelaciones sobre el presunto rol de la CIA en la creación del Cartel de los Soles han generado gran controversia. Un exmercenario estadounidense, Jordan Goudreau afirmó en una reciente entrevista que agencias de inteligencia de su país participaron activamente en la consolidación de este grupo ligado al narcotráfico venezolano.
Estas declaraciones, que traen a colación viejas sospechas en la región, podrían significar un nuevo capítulo en las relaciones entre Estados Unidos y Venezuela.