En los últimos meses, la expansión de animales zombis ha generado inquietud entre científicos y autoridades mundiales. Casos de conejos con tentáculos, ardillas con extrañas verrugas e incluso animales que presentan comportamientos atípicos han despertado las alarmas sanitarias internacionales.
Lo que hace especialmente preocupante este fenómeno es la variedad de infecciones, virus y mutaciones que afectan no solo a roedores y pequeños mamíferos, sino también a especies domésticas y silvestres. Las enfermedades pueden ser peligrosas, no solo para el ecosistema, sino eventualmente para el ser humano, ya que ciertos patógenos podrían saltar la barrera entre especies.
Estos elementos pueden facilitar la propagación de nuevos agentes infecciosos. Hasta el momento, no existen reportes de contagios directos a humanos, pero especialistas enfatizan la necesidad de monitoreo constante y medidas de prevención para evitar brotes mayores. El fenómeno ya fue observado en países como Estados Unidos y Canadá, donde autoridades sanitarias investigan nuevas patologías en la fauna silvestre.