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La historia de la "media naranja" o nuestra otra mitad no tiene nada que ver con amor y pasión; los filósofos recuerdan que el origen está más relacionado con la soberbia humana y la ira de los dioses.
Todo inició en Grecia en el siglo IV Antes de Cristo, cuando Platón, que era una figura clave de la Filosofía, pidió una obra que aborda el misterio del amor y cómo se creó.
Según la teoría de Aristófanes, había tres clases de humanos, los de sexo masculino que tenían, los del sexo femenino y los de doble sexo conocidos como andróginos.
"Tenían todos los hombres la forma redonda, de manera que el pecho y la espalda eran como una esfera y las costillas circulares, cuatro brazos, cuatro piernas, dos caras fijas a un cuello orbicular y perfectamente parecidas; una sola cabeza reunía estas dos caras opuestas la una a la otra; cuatro orejas, dos órganos genitales y el resto de la misma proporción", cita la obra de Aristófanes.
La historia de la media naranja asegura que todo lo que tenemos estaba duplicado, haciéndonos poderosos antes los dioses; a quienes desafiamos y decidieron dividirnos ante nuestra soberbia.
"Eran más fuertes de lo que somos nosotros... con cuerpos robustos y vigorosos que tomaron una decisión atrevida de subir hasta el cielo y combatir contra los dioses", aseguró Aristófanes.
Fue así como los dioses decidieron castigar a la humanidad, comenzando el mito de la media naranja que terminó con un ser menos fuerte que no podía revelarse a los dioses.
"Creo haber encontrado un medio de conservar a los hombres y de tenerlos más reprimidos, y es disminuir sus fuerzas. Los separaré en dos y así los debilitaré y al mismo tiempo tendremos la ventaja de aumentar el número de los que nos sirvan: andarán derechos sostenidos solamente por dos piernas", agrega el relato sobre nuestra media naranja.
Pero los seres separados empezaron a morir, obligando a los dioses, ante la necesidad de ser alabados y venerados, a tomar la decisión de crear el amor como lo conocemos hoy. "Las mitades se empezaron a morir en la melancolía por reintegrarse a la unidad originaria imposible".
El amor empezó a generar en la media naranja la fantasía de reencontrarse y así volver a reconciliarse y ser uno solo para recuperar nuestra naturaleza originaria.
"Cuando se encontraban, se abrazaban y unían con tal ardor en su deseo de volver a la primitiva unidad, que perecían de hambre y de inanición en aquel abrazo, no queriendo hacer nada la una sin la otra", agregó Aristófanes sobre el amor.
Todo el esfuerzo de los dioses no fue suficiente porque los humanos se seguían extinguiendo y fue así como decidieron que los órganos que tenían sirvieran para reproducirse, conservando la humanidad.
