La noticia de que Rodrigo Paz es el nuevo presidente de Bolivia marca el inicio de una etapa política cargada de expectativas y retos para la nación sudamericana, luego de casi dos décadas de un gobierno de izquierda, interrumpido por un golpe de Estado.
El derrocamiento de Evo Morales y el retorno de la izquierda con el triunfo de Luis Arce, marcaron la vida política de un país que decidió por un cambio radical de gobierno.
La segunda vuelta de las elecciones, celebrada el pasado domingo, fue decisiva y reflejó el deseo de cambio manifestado por millones de bolivianos en las urnas.
Paz, de tendencia centrista, logró imponerse a su rival con un margen suficiente que ya fue confirmado por el Tribunal Supremo Electoral.
Con este resultado, se sella el final de una campaña intensa caracterizada por debates sobre la estabilidad y el rumbo económico del país.
Resultados oficiales y reacciones políticas tras la victoria
De acuerdo a los datos oficiales, Rodrigo Paz obtuvo más del 50% de los votos, garantizando su ingreso al Palacio Quemado a partir de enero de 2026.
Diversos sectores políticos, tanto nacionales como internacionales, han reaccionado a su triunfo.
Mientras algunos líderes de la región celebran el espíritu democrático boliviano, colectivos y movimientos sociales han pedido mantener la vigilancia sobre las promesas de campaña, en especial las relacionadas con la reforma económica y la lucha contra la corrupción.
Expertos señalan que el nuevo gobierno enfrentará desafíos importantes, como la recuperación económica, la reconciliación social y la transparencia institucional.
Según agencias internacionales, Paz insistió en su discurso de victoria en la necesidad de trabajar por la unidad y el desarrollo, alejándose de posturas polarizantes.

Imagen cortesía.