"Podría dedicar la noche escribiéndote... Siempre seré leal como tu esposa. Buenas noches, mi querido amigo. Son las doce de la noche, creo que es hora de descansar". Estas palabras de amor fueron escritas por Marie Dubosc a Louis Chambrelan, el primer teniente del buque francés Galatée, en 1758, durante la Guerra de los Siete Años. Sin embargo, nunca llegaron a ser leídas por él, ya que su barco fue capturado por los ingleses y las cartas fueron confiscadas por la Marina Real Británica. Marie falleció al año siguiente en El Havre, Normandía, mientras que Louis fue liberado, se casó de nuevo y regresó a Francia.
Anne Le Cerf, escribió a su esposo Jean Topsent, suboficial del Galatée, expresando: "No puedo esperar para tenerte". Firmó como "Tu obediente esposa Nanette", un apodo cariñoso y un tanto picante. Sin embargo, Topsent, encarcelado en Inglaterra, nunca recibiría esta apasionada confesión. En su lugar, estas líneas fueron leídas por Renaud Morieux, un profesor de la Facultad de Historia de la Universidad de Cambridge, 263 años después. Morieux describe el hallazgo como emocionante y trágico, ya que estas cartas nunca llegaron a sus destinatarios originales.
Las cartas fueron llevadas al Almirantazgo en Londres, donde permanecieron sin abrir durante más de dos siglos antes de ser trasladadas a los Archivos Nacionales de Kew. Morieux se dedicó a estudiar y descifrar las 104 cartas enviadas a los marineros franceses del Galatée, un proceso que implicó leer en voz alta debido a la escritura apretujada y las variaciones fonéticas. Además, rastreó registros de iglesias en Normandía y registros de marineros del barco para identificar a varios de los marineros.
El profesor destaca que estas cartas abordan experiencias humanas universales que trascienden la época y la nacionalidad. Muestran la mezcla de lo privado y lo público, ya que a menudo contenían noticias familiares y conexiones con eventos históricos más amplios, como declaraciones de guerra y preocupaciones. En una época en la que los periódicos tenían poca difusión, las cartas eran un medio importante de comunicación.
Morieux también señala que estas relaciones epistolares no eran unidireccionales, sino más bien compartidas, como una especie de muro de Facebook de la época donde se discutían temas variados, desde política hasta declaraciones de amor y saludos a familiares.
Aunque las cartas estudiadas por Morieux son excepcionales por su valor humano, no son únicas, ya que la Marina británica confiscó cartas de muchos otros barcos, incluyendo barcos españoles. Estas cartas, conocidas como los Prize Papers, han permanecido sin abrir durante siglos en el gobierno británico y están siendo catalogadas y digitalizadas en un proyecto conjunto con la Universidad Carl von Ossietzky de Alemania para hacerlas de libre acceso y fácil búsqueda en línea. Hay muchas historias aún por descubrir en estas cartas sin abrir.

Foto: THE NATIONAL ARCHIVES RENAUD MORIEUX