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En una escalada de ahorcamientos que ha marcado el panorama de la República Islámica de Irán, cinco presos fueron ejecutados este miércoles por la violación de una mujer, sumándose así a las más de 400 personas ajusticiadas en lo que va de este año en el país.
Las ejecuciones tuvieron lugar en las primeras horas de la madrugada en una prisión situada en la ciudad de Marand, en la región noroeste de Irán, tal como lo confirmó la agencia Mizan del Poder Judicial.
El fiscal del tribunal revolucionario de la ciudad, Zia Mehr, informó oficialmente: "Los cinco acusados fueron detenidos el 25 de mayo de 2022, cuatro días después de cometer el delito y confesaron sus crímenes”.
Tras la detención, estos cinco individuos enfrentaron un juicio que culminó en su condena a pena de muerte por secuestro y violación, cuya sentencia, recibió la aprobación de la Corte Suprema de Irán.
Irán se destaca a nivel mundial por ser uno de los países que más recurre a la pena de muerte como forma de castigo. Solo en el año 2022, se llevaron a cabo un total de 576 ejecuciones, cifra que marcó un notorio incremento en comparación con las 314 del año anterior, según los registros documentados por Amnistía Internacional.
La cifra de ejecuciones este 2023 supera las 400 personas, siendo la mayoría de estos casos por delitos vinculados al tráfico y posesión de drogas, según informes emitidos por organizaciones defensoras de los derechos humanos con base en Europa.
El alto comisionado de las Naciones Unidas para los derechos humanos, Volker Türk, indicó en el mes de mayo que en Irán se lleva a cabo un promedio de diez ejecuciones semanales, arrojando una sombría luz sobre la situación de los derechos humanos en el país.
