Un restaurante de California ha sido condenado a pagar la asombrosa suma de US$ 140.000 a sus empleados luego de descubrirse que contrató a un falso sacerdote para obtener confesiones relacionadas con supuestos "pecados laborales".
Este caso, considerado por los investigadores federales como uno de los actos de corrupción más descarados perpetrados por un empleador contra su propio personal, ha generado indignación y consternación en la comunidad.
El Departamento de Trabajo de Estados Unidos afirmó que un empleado, bajo juramento, testificó sobre cómo el propietario del restaurante, Che Garibaldi, quien opera dos locales de la Taquería Garibaldi en el norte de California, contrató a un individuo haciéndolo pasar por sacerdote para escuchar las confesiones de los trabajadores durante su jornada laboral.
Estas confesiones, según los informes, incluían preguntas sobre posibles llegadas tardías al trabajo, robos de dinero del establecimiento o incluso "malas intenciones" hacia el empleador.
Por su parte, la diócesis católica de Sacramento confirmó que no existe ninguna conexión legítima entre el falso sacerdote y su institución.
De esta manera, un portavoz de la diócesis declaró en un comunicado: “No sabemos quién era la persona en cuestión, estamos completamente seguros de que no era un sacerdote de la diócesis de Sacramento".
Además del engaño, los investigadores descubrieron que el restaurante negaba a sus empleados el pago de horas extras y los gerentes recibían bonificaciones provenientes del fondo de propinas de los empleados. Algunos trabajadores incluso se enfrentaron a consecuencias adversas relacionadas con su situación migratoria por haber cooperado con la investigación.
Como resultado de estas violaciones laborales, Garibaldi y otros tres propietarios y operadores del restaurante han sido condenados a pagar una compensación total de US$ 140.000 a 35 empleados afectados, tanto en concepto de salarios atrasados como de daños y perjuicios. Además, el restaurante enfrentará sanciones civiles de US$ 5.000.