Foto: Burghley House
Greg Crowley, operador de excavadora, estaba realizando trabajos de renovación en la finca rural Burghley House del siglo XVI en Peterborough, Inglaterra, cuando hizo el sorprendente descubrimiento. Mientras realizaba su labor, se topó con la cabeza de mármol de una mujer romana. Posteriormente, otro busto fue encontrado en una ubicación cercana.
Tras limpiar, estudiar y ensamblar los fragmentos, los expertos fecharon la estatua en el siglo I o II. Además, se descubrió que a la estatua se le había añadido un pasador de hierro, lo que sugiere que se podía fijar a un busto o pedestal. Este tipo de adaptación era común entre los anticuarios italianos a finales del siglo XVIII.
Se cree que la estatua fue adquirida por el noveno conde de Exeter durante uno de sus viajes a Italia en la década de 1760, cuando era un apasionado coleccionista de bellas artes. Sin embargo, el misterio persiste sobre cómo estas obras de arte terminaron enterradas en el aparcamiento.
Para Crowley, el hallazgo fue una experiencia emocionante. Según sus propias palabras, encontrar algo tan antiguo y especial fue "una sensación increíble" y calificó el descubrimiento como el mejor de su carrera. La estatua se exhibirá junto con otras colecciones del noveno conde en Burghley House.
