Tres años fueron suficientes para que Massimiliano Strappetti se ganara la confianza y el amor del papa Francisco. Desde el 2022, el enfermero acompañó al pontífice, cuidando de su salud y haciéndole compañía en sus días oscuros de enfermedad.
El brazo derecho del papa fue coordinador de enfermería del departamento de salud del Vaticano, empezó a trabajar en la Santa Sede en el 2002.
Ocho años de experiencia fueron suficientes para que el hospital Gemelli de Roma le encargara la misión de cuidar al papa Francisco, quien falleció el lunes por un derrame cerebral que le provocó un paro cardíaco.
Massimiliano Strappetti llegó con el papa a todas las audiencias, discursos y viajes apostólicos al extranjero, siempre al lado de Francisco, quien empezó a tener problemas de salud notorios en el 2022.
La dedicación de este enfermero lo hizo merecedores de uno de los honores más grandes, que viera y escuchara al papa Francisco antes de morir. Fue a Strappetti que el pontífice agradeció, siendo esas sus últimas palabras.
"Gracias por traerme de vuelta a la Plaza", dijo el papa al enfermero, quien notificó a las 5:30 de la mañana del lunes que el papa estaba muy enfermo.
El médico Sergio Alfiere reveló que Massimiliano Strappetti sabía que el papa quería morir en su residencia y no en el hospital, pidiéndole que no lo intubaran y lo dejaran morir en paz cuando la hora tocaba.
De acuerdo con el galeno, fueron estas palabras lo que le impidieron ordenar que el papa fuera trasladado al hospital Gemelli, permitiendo que su último suspiro fuera en su cama, junto a las personas que lo cuidaron sus últimos días de vida.