La Asamblea General de Naciones Unidas aprobó una resolución no vinculante en contra de las sanciones impuestas por Estados Unidos a Cuba, que han estado vigentes durante más de seis décadas. La decisión fue respaldada por una abrumadora mayoría de 187 votos a favor, con solo 2 en contra (Estados Unidos e Israel) y una abstención (Moldavia).
Esta resolución representa la trigésima segunda declaración presentada por las autoridades cubanas desde 1992, donde se enfatiza la "necesidad de poner fin al bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por EEUU
En su intervención ante la Asamblea, el ministro cubano de Exteriores, Bruno Rodríguez Parrilla, criticó la continuidad del régimen de sanciones bajo la administración del presidente Joe Biden, calificándolo de "sorprendente mimetismo" respecto a su predecesor, Donald Trump. Rodríguez Parrilla describió estas sanciones como "medidas inhumanas" y "propias de una guerra económica extrema", argumentando que EEUU busca advertir a cualquier nación que defienda su soberanía y construya su propio futuro. "Dejen que Cuba viva en paz", insistió el representante cubano mientras el único delegado estadounidense presente mantenía una expresión impasible.
Las autoridades cubanas sostienen que el embargo es el principal obstáculo para el desarrollo del país y es la causa de la profunda crisis económica que atraviesa, que se ha traducido en un éxodo de población y un creciente descontento social. Recientemente, la isla experimentó un apagón generalizado de su obsoleto sistema eléctrico, el cual, según Rodríguez Parrilla, se debió a la "carencia de combustible" provocada por el bloqueo estadounidense.
El presidente cubano, Miguel Díaz-Canel, reaccionó a la aprobación de la resolución en la red social X (Twitter), afirmando que "el pequeño David volvió a vencer al gigante Goliat". Díaz-Canel agregó que, aunque el "imperio vecino" probablemente ignorará la demanda mundial, la dignidad del pueblo cubano y la solidaridad universal han logrado una nueva victoria.