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Tras dos años de matrimonio y una historia que generó grandes expectativas, Jennifer Lopez y Ben Affleck han puesto punto final a su relación. El proceso de divorcio, iniciado por la actriz el 20 de agosto de 2024 —justo en el día que habrían celebrado su segundo aniversario de bodas—, concluyó oficialmente el pasado 6 de enero de 2025, marcando el cierre definitivo de esta etapa en sus vidas.
Uno de los puntos destacados del acuerdo de divorcio es que ambas partes renunciaron a la manutención conyugal y decidieron dividir los honorarios legales de manera equitativa. No obstante, la división de los bienes compartidos continúa sin resolverse debido a la falta de un acuerdo prenupcial. Según fuentes cercanas, cada uno conservará los ingresos obtenidos individualmente durante el matrimonio. De los 550 millones de dólares que suman sus fortunas, 400 millones pertenecen a Jennifer Lopez, de acuerdo con el medio TMZ.
Entre los bienes en disputa figura su icónica mansión de Beverly Hills, valuada en 60 millones de dólares, que permanece en venta desde junio de 2024. Por otro lado, la productora Artists Equity, cofundada por Ben Affleck junto a Matt Damon, continuará bajo el control exclusivo del actor y director.
Además de los aspectos financieros, Jennifer Lopez solicitó legalmente recuperar su nombre de soltera, Jennifer Lynn Lopez, después de haber adoptado el apellido Affleck al casarse. Aunque inicialmente consideró el cambio como un gesto romántico, ahora busca desligarse de esa identidad para cerrar esta etapa de manera simbólica.
A pesar de su separación, la relación entre los actores parece mantenerse en buenos términos. Recientemente, Jennifer fue vista visitando la casa de Ben para recoger a su hija Emme, un gesto que ha despertado especulaciones sobre una posible reconciliación. No obstante, fuentes cercanas aseguran que ambos están comprometidos en mantener una relación cordial y cooperativa, priorizando el bienestar de sus familias.
Aunque su historia de amor ha llegado a su fin, Lopez y Affleck parecen dispuestos a construir un vínculo basado en la amistad, demostrando que, incluso en la separación, pueden prevalecer el respeto y la cooperación.
