Las campañas políticas en Estados Unidos han recurrido cada vez más a alianzas con influencers para difundir mensajes, pero existe una laguna regulatoria que permite que estos creadores no tengan que revelar si están siendo pagados por candidatos o temas políticos. A diferencia de los anuncios tradicionales en televisión o redes sociales, donde se exige transparencia, los influencers pueden recibir pagos de comités de acción política o campañas sin necesidad de mencionarlo en sus publicaciones.
Recientemente, el influencer Mikey Angelo, conocido por sus videos de rap, instó a su audiencia en Instagram a votar, con un mensaje patrocinado por un comité demócrata. Sin embargo, la ley no requiere que los influencers aclaren estos patrocinios. En julio de este año, la Comisión Federal de Elecciones (FEC, por sus siglas en inglés) determinó que los creadores de contenido no están obligados a señalar si sus publicaciones políticas están pagadas, lo cual complica distinguir entre el respaldo genuino y los mensajes financiados.
Las redes sociales han cambiado el panorama político, con millones de jóvenes estadounidenses que recurren a plataformas como TikTok para informarse, y los influencers son figuras de confianza que transmiten autenticidad. Según Krysten Stein, experta en comunicación de la Universidad de Cincinnati, los usuarios tienden a confiar más en quienes parecen "reales" o "como ellos". Además, los influencers alcanzan a audiencias específicas, lo que los convierte en un recurso atractivo para los políticos.
En este contexto, campañas de ambos partidos han invertido en estrategias digitales. Por ejemplo, el comité Priorities USA, vinculado a los demócratas, ha lanzado una campaña de 2,7 millones de dólares para promover el voto latino a través de 15 influencers. Por el lado republicano, se han visto esfuerzos similares, con figuras como el ex presidente Trump utilizando influencers para su reelección en 2020.
Si bien las plataformas intentan imponer sus propias reglas, como Meta, que permite contenido político patrocinado bajo ciertas condiciones, la falta de una regulación federal plantea dudas sobre la transparencia de estos mensajes. A medida que esta práctica se vuelve más común, expertos en derechos civiles, como Ari Cohn, advierten sobre los posibles riesgos para la libertad de expresión y la necesidad de regulaciones claras que permitan a los votantes saber cuándo los influencers reciben pagos por respaldos políticos.
Para muchos votantes, la influencia de los creadores de contenido en política plantea una oportunidad para escuchar temas relevantes desde voces confiables. Sin embargo, es crucial que exista transparencia para que el público sepa cuándo el apoyo es sincero y cuándo está impulsado por intereses financieros.