El reciente Decreto Supremo aprobado por el Gobierno de Dina Boluarte en Perú ha desatado una ola de críticas al incluir categorías de identidad de género y orientación sexual dentro de clasificaciones de trastornos mentales.
Hace más de tres décadas, la Asamblea General de la Organización Mundial de la Salud (OMS) eliminó la homosexualidad de la lista de enfermedades en la Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE), marcando un hito que inspiró la instauración del Día Internacional contra la Homofobia, Transfobia y Bifobia en 2005.
Sin embargo, el Gobierno de Perú emitió un decreto que representa un retroceso en la lucha contra la discriminación y el reconocimiento de los derechos de las personas LGBTIQ+ al considerar sus identidades como problemas de salud mental.
Este controvertido documento, firmado por la presidenta Boluarte junto con los ministros de Salud y Economía, ha generado una respuesta por parte de activistas LGBTQIA+ y defensores de derechos humanos en todo el país.
El decreto tiene como base la Clasificación Internacional de Enfermedades de la Organización Mundial de la Salud (OMS), según el Ministerio de Salud, sin embargo, la decisión de clasificar la diversidad sexual y de género como condiciones de salud mental ha sido ampliamente condenada como estigmatizante y perjudicial para una de las poblaciones más vulnerables de Perú.
Shely Cabrera, responsable de Incidencia del Programa de Sexualidad y Autonomía Física de Manuela Ramos, explicó que este decreto modifica el Plan Esencial de Aseguramiento de Salud (PEAS), lo cual afecta la cobertura de seguros médicos y tiene implicaciones significativas para la atención médica de la comunidad LGBTQIA+.
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Las preocupaciones clave sobre este decreto incluyen la propagación de discursos discriminatorios, la limitación del acceso a servicios de salud adecuados para las identidades de género y la exposición a terapias de conversión.
El Ministerio de Salud emitió un comunicado posterior para afirmar que la diversidad de género y sexual no son enfermedades y para expresar su respeto a las identidades de género. Sin embargo, las reacciones negativas persisten, con llamados a derogar el decreto.
La congresista Flor Pablo Medina ha sido una de las voces destacadas que han exigido la derogación de este decreto, calificándolo de "vergonzoso" y destacando la importancia de proteger los derechos de igualdad y no discriminación para todas las personas en el Perú, incluidas las personas LGBTI.
Este decreto ha generado un debate intenso en Perú y ha puesto de manifiesto la importancia de garantizar los derechos y la igualdad para todas las personas, independientemente de su identidad de género u orientación sexual.