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El presidente chino, Xi Jinping, se encuentra en Perú para participar en la cumbre del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC) y realizar una visita oficial destinada a reforzar los vínculos económicos bilaterales. En esta visita se concretará una actualización del Tratado de Libre Comercio entre Perú y China, en momentos en que el gigante asiático consolida su rol como el segundo mayor inversor en América Latina, solo por detrás de Brasil.
Uno de los proyectos clave es el megapuerto de Chancay, situado a unos 80 kilómetros de Lima. Xi Jinping lo calificó como un “camino de prosperidad” y destacó que la infraestructura permitirá recibir barcos de gran envergadura, con una capacidad de carga de hasta 24,000 contenedores, lo que se proyecta movilizará entre el 30% y 40% de la carga peruana con destino a China y el sudeste asiático en sus primeros años de funcionamiento. Este megaproyecto está liderado en un 60% por la empresa estatal china Cosco Shipping y en un 40% por la minera peruana Volcan.
El mandatario chino resaltó que la infraestructura reducirá a 23 días el tiempo de transporte entre Perú y China, generando un ahorro logístico superior al 20% y un impacto económico de 4,500 millones de dólares anuales para Perú, además de la creación de más de 8,000 empleos directos. En sus palabras, el puerto establecerá un modelo de conectividad eficaz entre el litoral y el interior del país, fortaleciendo la cooperación económica entre China y América Latina.
Sin embargo, el megapuerto de Chancay ha suscitado críticas debido a las posibles implicaciones para la soberanía de Perú y el aumento de la influencia china en la región.
