Un caso que ha conmocionado a la comunidad médica internacional salió a la luz este mes: un donante de esperma está vinculado con la aparición de cáncer en varios niños nacidos a partir de sus donaciones.
Según diversos reportes, las autoridades sanitarias de varios países investigan cómo pudo existir esta relación, alertando sobre posibles fallas en los controles médicos de los bancos de esperma.
El tema ha despertado preocupación entre familias y expertos en salud reproductiva.
Las evidencias iniciales se basan en el análisis de casos de cáncer infantil diagnosticados en niños de diferentes países tras haber sido concebidos con el esperma de un mismo donante.
Según investigaciones, el foco está en un posible riesgo genético no detectado durante los procesos rutinarios de selección.
"El donante, que es sano, tenía una mutación poco común en un gen llamado TP53, que puede causar el síndrome de Li-Fraumeni, un trastorno raro que incrementa el riesgo de padecer cáncer. No sabía que tenía la mutación cuando hizo las donaciones", se informó.
Repercusiones en la industria de la donación y el control sanitario
Estos hallazgos abren un debate urgente sobre la necesidad de aumentar los controles genéticos y de salud en los bancos de esperma.
La rapidez con la que se comparten los datos internacionales permite identificar patrones poco frecuentes a nivel global, pero también evidencia vacíos normativos en la supervisión de enfermedades genéticas.
Expertos piden reformar los protocolos actuales para evitar que nuevos casos ocurran en el futuro.
En Centroamérica y Latinoamérica, donde el acceso a tratamientos reproductivos ha ido en aumento, la noticia agrega presión a las autoridades para reforzar la vigilancia de los procedimientos y la transparencia en la información para usuarios.