La Base Aérea Wright-Patterson, ubicada en Ohio, cerró su espacio aéreo durante cerca de cuatro horas entre la noche del viernes y la madrugada del sábado debido a la actividad de drones en la zona. La medida fue implementada mientras las autoridades monitoreaban cuidadosamente la situación, según informó Bob Purtiman, jefe de asuntos públicos del Ala Aérea 88 de la base. La decisión también fue reflejada en un Aviso a los Aviadores publicado en un sitio web federal.
Los drones, referidos como “pequeños sistemas aéreos no tripulados”, no causaron daños ni afectaron a los residentes, instalaciones o activos de la base, según confirmaron las autoridades. Sin embargo, el incidente destacó la importancia de reforzar la seguridad en el espacio aéreo de instalaciones críticas. Durante el evento, se escuchó a un controlador de tráfico aéreo advertir a una aeronave médica sobre el “intenso movimiento de UAS” (acrónimo de sistemas de aeronaves no tripuladas) en la zona.
Esta situación se suma a una serie de avistamientos de drones reportados en diversas instalaciones militares y de infraestructura crítica en Estados Unidos y el extranjero. Recientemente, bases aéreas británicas utilizadas por las fuerzas estadounidenses también reportaron incursiones similares. Aunque hasta el momento no se ha identificado una amenaza directa, las autoridades continúan investigando para determinar el origen de estas actividades.
Wright-Patterson es una de las bases más importantes de la Fuerza Aérea de Estados Unidos. Alberga comandos críticos como el Laboratorio de Investigación de la Fuerza Aérea y el Comando de Material, encargados de innovar en tecnologías de defensa y garantizar la operatividad de los sistemas de armas. Además, es la sede del Centro Nacional de Inteligencia Aérea y Espacial, que analiza amenazas en el ámbito aéreo, espacial, cibernético y de misiles.
Con una extensión de 3.200 hectáreas y más de 38.000 empleados, la base también es un punto histórico significativo, conocido por albergar las conversaciones de paz de Dayton en 1995, que pusieron fin a la guerra en Bosnia.
El aumento de la actividad de drones ha generado preocupación en torno a posibles brechas en la seguridad del espacio aéreo. Expertos, como Rob D’Amico, exjefe de la unidad antidrones del FBI, han advertido que esta situación podría deberse tanto a errores de identificación como a comportamientos de imitación impulsados por la atención mediática. Las autoridades han pedido a la población que informe cualquier actividad sospechosa con drones a la policía o seguridad local mientras continúan las investigaciones.