Foto: Shutterstock
Varias universidades en Estados Unidos han emitido advertencias a sus estudiantes internacionales ante la incertidumbre sobre posibles cambios en las políticas migratorias que podría implementar el nuevo gobierno de Donald Trump, que tomará posesión el 20 de enero. Instituciones como la Universidad del Sur de California (USC), la Universidad de Colorado en Denver, y Wesleyan, en Connecticut, han instado a sus alumnos a tomar precauciones si planean salir del país durante las vacaciones de invierno.
En una carta enviada a estudiantes internacionales, Wesleyan recomendó regresar antes del 20 de enero para evitar posibles problemas al reingresar a Estados Unidos. Además, les recordó verificar que sus visas estén vigentes, que sus pasaportes sean válidos por al menos seis meses, y que lleven consigo cualquier documento migratorio necesario.
La Universidad de Massachusetts ha extendido estas advertencias a los miembros extranjeros de su equipo académico, subrayando la preocupación general por posibles cambios abruptos en las políticas migratorias.
Un punto de especial atención es el futuro de los estudiantes indocumentados protegidos por el programa Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA). Aunque Trump intentó cancelar el programa durante su primer mandato, recientemente expresó en una entrevista con NBC su disposición a colaborar con el Congreso para encontrar una solución. Según datos de Higher Ed Immigration, cerca de 400,000 inmigrantes indocumentados están matriculados en universidades estadounidenses, lo que refuerza la magnitud de esta problemática.
Las advertencias también se basan en precedentes de la administración Trump (2017–2021), como la prohibición temporal de entrada al país para ciudadanos de varios países de mayoría musulmana, Venezuela y Corea del Norte en 2017, que generó caos en los aeropuertos. En 2020, su gobierno anunció que revocaría visas de estudiantes internacionales, aunque posteriormente revirtió esa decisión.
Ante este panorama, las universidades buscan proteger a sus comunidades internacionales de posibles complicaciones y garantizar su seguridad y continuidad académica en un contexto político incierto.
