El cáñamo, una variedad de la planta Cannabis sativa, está ganando reconocimiento en la industria de la construcción debido a sus ventajas únicas y sostenibles.
Un ejemplo destacado es la "Flat House", una encantadora casa en Cambridgeshire, Inglaterra, cuyas paredes construidas con cáñamo ofrecen beneficios notables.
La dueña de la casa, Gemma Barron, destaca la calidad acústica y el sorprendente aislamiento térmico del cáñamo. Incluso en pleno invierno, apagaron la calefacción durante 24 horas y la casa se mantuvo cálida.
Estas cualidades son posibles gracias al “hempcrete”, un material resistente obtenido al mezclar el núcleo leñoso de la planta de cáñamo con agua y cal.
El hempcrete, u hormigón de cáñamo, tiene la capacidad de absorber carbono a lo largo de su vida útil, lo que contribuye a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.
Según la Comisión Europea, una hectárea de cáñamo puede absorber entre nueve y 15 toneladas de CO₂ en solo cinco meses de crecimiento, superando a la silvicultura comercial en la captura de carbono.
Otro aspecto destacado es la capacidad del cáñamo para regenerar la tierra y eliminar metales pesados del suelo, lo que lo convierte en una opción amigable para el medio ambiente.
A pesar de todas estas ventajas, existen desafíos que deben superarse para que el cáñamo se convierta en un material de construcción ampliamente utilizado.
Se requieren cambios en la regulación gubernamental, certificaciones técnicas, financiamiento e infraestructura adecuada para aumentar la producción industrial de cáñamo y optimizar las cadenas de suministro, lo que a su vez hará que su uso sea más asequible.
Actualmente, el uso de cáñamo en la construcción se limita principalmente a arquitectos con mentalidad ecológica y presupuestos cómodos en Europa y América del Norte, debido a las regulaciones en evolución que controlan su producción.
Además, es importante destacar que la versión industrial del cáñamo no contiene los componentes psicoactivos presentes en el cannabis regular, lo que brinda tranquilidad en términos de seguridad y cumplimiento legal.
A medida que se aborden los desafíos y se promueva el uso del cáñamo en la construcción, es posible que veamos un aumento en su adopción, lo que podría conducir a edificios más sostenibles y amigables con el medio ambiente en el futuro.