El Ministerio de Turismo y Antigüedades de Egipto, que anunció estos descubrimientos, destacó que los hallazgos podrían arrojar luz sobre los misterios de la antigua civilización egipcia, ofreciendo información sobre las prácticas funerarias de la época y la importancia de esta ciudad costera en el comercio internacional.
Entre las tumbas descubiertas, que datan de la Dinastía XXVI del Periodo Tardío (664 a 525 a.C.), los arqueólogos encontraron amuletos funerarios y estatuas ushabti, que se creía acompañaban a los difuntos en su viaje al más allá. Además, se descubrieron 38 monedas de bronce de la época ptolemaica, guardadas en un jarrón de cerámica, pertenecientes a la dinastía que gobernó tras la muerte de Alejandro Magno.
El sitio de la excavación, conocido como Tal al-Deir, es una necrópolis de gran importancia durante la XXVI Dinastía, y que continuó siendo utilizada en los periodos romano y bizantino. Según Salima Ikram, profesora de Egiptología de la Universidad Americana de El Cairo, los objetos hallados aportan valiosa información sobre los últimos periodos de la historia egipcia. Los amuletos de oro encontrados sugieren que esta necrópolis estaba vinculada a una sociedad con una marcada estratificación social.
La excavación ha revelado una amplia gama de técnicas funerarias, desde simples fosas hasta elaboradas tumbas de adobe y piedra caliza. Lorelei Corcoran, profesora de Historia del Arte de la Universidad de Memphis, señaló que esta diversidad en las técnicas funerarias, junto con los amuletos y monedas descubiertos, refleja una clara dicotomía en la riqueza y el estatus de los individuos enterrados en el lugar.
La misión arqueológica en Damietta ha estado en curso durante varios años, y cada nuevo hallazgo continúa enriqueciendo nuestro conocimiento sobre las complejas sociedades del antiguo Egipto.