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Las autoridades chinas han anunciado el lanzamiento de un nuevo chatbot denominado “Chat Xi PT”, desarrollado por la Academia del Ciberespacio de China.
Este software ha sido entrenado en la teoría de los 14 puntos de Xi Jinping, incorporando valores socialistas y el liderazgo del partido como características esenciales.
Además, está diseñado para proporcionar investigación sobre ciberseguridad y tecnología de la información, utilizando datos de siete fuentes distintas: seis bases de información tecnológicas profesionales y la séptima, la doctrina del "Pensamiento de Xi Jinping".
El regulador del ciberespacio chino ha indicado que los usuarios del chatbot podrán hacer preguntas sobre tecnología de red, con respuestas disponibles en chino e inglés.
El chatbot puede generar informes sobre el estado actual del desarrollo de la inteligencia artificial o describir diferencias entre el crecimiento económico impulsado por la tecnología y otros métodos tradicionales.
En el contexto de la competencia internacional, Estados Unidos y China están en una carrera por el liderazgo en el sector de la inteligencia artificial, un ámbito que promete transformar la economía y la forma en la que las personas trabajan.
Sin embargo, las empresas chinas están en desventaja debido a la censura que Beijing impone sobre los contenidos que los chatbots pueden generar y las fuentes de datos de las que pueden aprender.
“Estos grandes modelos deben implementar valores socialistas fundamentales”, señaló Rebecca Arcesati, analista del Instituto Mercator de Estudios de China, en declaraciones reproducidas por el Wall Street Journal.
Estados Unidos tiene una ventaja gracias a la disponibilidad de grandes cantidades de datos para entrenar sus sistemas de IA, incluyendo acuerdos como la reciente asociación entre OpenAI y News Corp, que proporciona datos para mejorar ChatGPT.
En contraste, los desarrolladores chinos deben trabajar con una lista preaprobada de fuentes autorizadas por el regulador del ciberespacio del país. Además, este regulador verifica que los chatbots no aborden temas políticamente sensibles.
En 2017, China anunció su intención de convertirse en la potencia dominante en inteligencia artificial para el año 2030. Desde entonces, ha impulsado una agenda que alienta a instituciones educativas y empresas a participar en el desarrollo de esta tecnología.
La vasta población de China, cerca de 1.400 millones de personas, proporciona una ventaja en términos de datos para entrenar sistemas de IA en aplicaciones como vehículos autónomos y visión por computadora.
A pesar de las restricciones, algunos chatbots chinos han demostrado ser alternativas viables a ChatGPT. “Dadas las limitaciones políticas y la falta de acceso a conjuntos de datos más amplios y sin censura, aún les va bastante bien”, comentó Arcesati.
Sin embargo, a largo plazo, la diferencia en calidad entre los sistemas de IA chinos y estadounidenses podría incrementarse debido a la falta de acceso a los mejores chips de IA por parte de las empresas chinas.
